Sobre la oportunidad de negocio del metaverso de Facebook y la startup vasca que mejor lo representa
El hecho de que el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, haya pronunciado la palabra «metaverso» ha hecho saltar todas las alertas. Blockchain o la industria 4.0 han pasado a un segundo plano en favor de un concepto que, por su virtualidad, pocos terminan de entender lo que significa y supone. Coincide que hay alguna startup vasca que representa muy bien al metaverso. Veamos.
Empecemos indicando que no todas las predicciones de Zuckerberg se han hecho realidad. Si nos atenemos a sus compras de empresas, basta recordar que Facebook pagó 2.000 millones de dólares por Oculus, una startup que había desarrollado unas gafas que permitían disfrutar de productos de realidad virtual. Por el momento, lo cierto es que ese dinero no se está recuperando. Sin olvidar al reciente Clubhouse, que hace un año todo el mundo veía como el futuro de los medios sociales.
Tampoco aciertan siempre los grandes analistas que suelen lanzar cantos de sirena cada vez que una tecnología se pone de moda. Así, Grayscale ha previsto un negocio de 1.000 miles de millones (trillones) de dólares centrado en los videojuegos y mundos virtuales en 3D en los que se supone que próximamente pasaremos mucho tiempo y en los que gastaremos especialmente en «ganar estatus».
Para rebatir estas previsiones, basta recordar el caso de Second Life, donde los especuladores llegaron a comprar supuestas islas. O los de Lego Lands y Google Lively, otros dos intentos de construir metaversos por parte de grandes compañías que se estrellaron con la tozuda realidad.
Una vez hecho este recordatorio sobre la cantidad de cancamusa que rodea habitualmente a los negocios online, podemos adentrarnos en lo que significa metaverso y si efectivamente hay alguna oportunidad empresarial. La principal diferencia entre lo que hay que ahora y lo que había en los tiempos de Second Life es el hardware, sean cascos, gafas o similares. Lo del blockchain para asegurar transacciones en estos mundos es todavía demasiado friqui.
Es verdad que estos aparatos generan una sensación de inmersión en lo que se está viendo, escuchando y hasta tocando (más bien «viviendo») muy superior a lo que transmitía una simple pantalla de ordenador. La «realidad virtual» o «aumentada», que también se denomina así cuando reacciona al movimiento, con el hardware actual es mucho más cercana a la realidad que la que había hace diez años, lo que explica entre otras cosas la compra de Oculus.
Tampoco esta constatación significa necesariamente que todo el mundo vaya a elegir metaverso sobre lo que tenemos ahora, pero sí es evidente que van a surgir oportunidades de sustitución de cosas que hoy se hacen muchas veces offline. Estas son a mi juicio las más relevantes, aunque como siempre estarán condicionadas por los costes extra que suponen:
- Comercio electrónico. Es mucho mejor comprar ciertos productos online viéndolos en 3D que en 2D, como hacemos actualmente. Estoy pensando en moda y en decoración. Recuerda en este sentido cómo funcionan los planificadores de cocinas de Ikea. Pero si el coste de llevar un producto a 3D es muy alto, poca gente estará dispuesta a afrontarlo. Por no hablar de las dificultades que supone su manejo. Quizás tengamos cocinas de Ikea en 3D pero nos las diseñará previamente alguien. Una empresa vasca que está operando en este ámbito es la inmobiliaria donostiarra Areizaga, que prepara tours virtuales de algunos de los pisos que comercializa.
- Juegos. Junto con el sexo, son siempre los pioneros en la implementación de cualquier tecnología. Y así está siendo. La gran mayoría de las aplicaciones para Oculus son de este tipo y algunas, como la checa Beat Saber, empiezan a tener cierto éxito entre los fans de la realidad virtual, que se cuentan por millones. Los fabricantes de consolas, como Nitendo o Playstation, reaccionaron hace tiempo lanzando su propio hardware de VR (virtual reality). En este campo hay que prestar especial atención a Miru Studio, una startup guipuzcoana que, de la mano de Facebook, está desarrollando videojuegos para Oculus.
- Conferencias, reuniones y el amplísimo mundo de las herramientas de colaboración. Espoleado por el confinamiento, han cobrado protagonismo muchas herramientas que permiten trasladar a la Red eventos y conversaciones. Zoom y Microsoft Teams son probablemente las más conocidas, pero en realidad virtual hace tiempo que existen aplicaciones como VR Chat en las que se participa con avatares. El problema es que, hasta el momento, tienen más que ver con el juego o el ocio que con el trabajo. Es muy probable que el futuro Metaverso de Facebook se parezca a lo que hoy es VR Chat, pero no le resultará fácil rentabilizarlo sin cobrar por usarlo. Y en ámbitos empresariales no parece viable que una herramienta todavía muy asociada al ocio pueda adoptarse de forma generalizada.
- Formación. Este fue el ámbito estrella de Second Life, hasta el punto de que surgieron varias startups para aprovecharlo, incluida la vasca Previfor Simulation, que terminó quebrando. Empresas como Lander Simulation utilizan desde hace muchos años la realidad virtual para realizar formación, pero lo hacen con maquinaria especial. Más cercano al metaverso es el caso de Ludus Simulation, startup gestada en Barakaldo por expertos en videojuegos que han visto una oportunidad de mercado en la preparación de profesionales con dispositivos como Oculus.
- Salud. Se trata de herramientas de rehabilitación a distancia que simulan la realidad para que el paciente no tenga que moverse de casa. Aquí hay un dos startups vascas operando: Evolv y Oroi, esta última centrada en las personas mayores.
- Industria. Aquí entra en juego el término «gemelo digital», que no es otra cosa que una réplica virtual de una fábrica o una máquina compleja. Sus funciones son poder hacer pruebas de funcionamiento para cualquier cambio o mejora sin parar nada, como si de un laboratorio se tratara. Los gemelos digitales son ya algo relativamente habitual que se enmarca dentro de la industria 4.0, si bien es un trabajo semi-artesanal que hacen startups como la vasca Immersia con la ayuda de plataformas más o menos avanzadas.
Al margen de Immersia, Miru Studio, Evolv, Oroi o Ludus, hay otra startup vasca que está creando herramientas muy interesantes para el futuro Metaverso. Se trata de Aglaya Events, que quiere crear eventos virtuales en los que los asistentes operarán de forma completamente virtual. Es un proyecto tan ambicioso que probablemente le quedan muchos años para ser viable, pero uno de los más interesantes.
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Sobre el Autor
José A. del Moral
Socio director de Alianzo, fundador de Startup 2.0 y business angel. Fue socio fundador de Ya.com. Ha coescrito dos libros sobre la Web 2.0. El Mundo lo incluye todos los años desde 2011 en la lista de los 25 españoles más influyentes en Internet.