Alex Sánchez (AppKideak): «El fracaso no es que no salga el proyecto sino no haberlo intentado»

Alex Sánchez (Erandio, 1984) estudió Publicidad y Relaciones Públicas y trabajó en este mismo ámbito hasta que decidió emprender junto a su amigo Carlos Brea. Juntos crearon una startup, AppKideak, que desarrolló un producto que dio mucho de que hablar: el localizador de menores WimyKids, que finalmente tuvieron que cerrar. Hoy valora esta experiencia y recuerda que el verdadero fracaso habría sido no haberlo intentado.

Esto es lo más interesante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • Brea y Sánchez se reunían con frecuencia para hablar de sus proyectos y uno de ellos partió de una necesidad que percibían con frecuencia: no recordar dónde están las llaves del coche. Tras intercambiar varios mensajes y constatar que ambos tenían el gusanillo de emprender, en 2013 decidieron convertir esa idea en proyecto real. «Por aquel entonces había surgido bluetooth 5, que permitía desarrollar ciertas herramientas que permitirían comunicar dispositivos con el móvil. Así que decidimos contratar algunos técnicos para que nos ayudaran a montar un primer prototipo. Empezamos haciendo algo para los olvidos y terminamos haciendo otra cosa dirigida a los padres que quieren saber en todo momento dónde están sus hijos. El primer dispositivo te avisa en el móvil cuando te alejas de él más de 50 metros», explicó.
  • Para financiar el primer prototipo, Brea y Sánchez montaron un crowdfunding en el que ofrecían la compra del hardware. Les permitió comprobar cuál debía ser el público objetivo de su dispositivo y pivotar también en cuando al modelo de negocio. «Un crowdfunding sirve especialmente para generar publicidad y para conocer mejor a tu mercado. Nosotros hicimos mucho ruido, tanto en redes sociales como en medios de comunicación convencionales. Nos dimos cuenta también de que tenía más sentido vender un servicio periódico que el hardware en sí, porque en este campo hay muchísima competencia y los márgenes son muy pequeños. No habríamos podido construir un modelo de negocio escalable sin ingresos recurrentes», explicó.
  • Ademas de pivotar hacia un modelo de negocio de seguridad infantil, Sánchez y Brea decidieron centrarse en clientes de cierto tamaño: resorts de vacaciones, parques de atracciones y centros comerciales. Los padres alquilaban el dispositivo al llegar a estas instalaciones, lo que facilitaba también el marketing de proximidad por parte del gestor. «Llegamos a tener una decena de clientes por toda España, lejos aún de lo que necesitábamos para ser rentables. El modelo hizo crack y en 2019 terminamos cerrando. Al principio pensamos que podíamos haber aguantado más, pero dos meses después vino el tsunami del covid», explicó.
  • De la experiencia de Appkideak Sánchez ha extraído múltiples lecciones y especialmente ha cambiado su percepción de lo que supone que una empresa tenga que cerrar, algo que estadísticamente ocurre en la mayor parte de los casos. «El fracaso no es que no salga el proyecto sino no haberlo intentado. Lo que he aprendido los años que he estado al frente de la startup no lo habría podido aprender en otro tipo de experiencia laboral ni mucho menos en un máster. Las lecciones más importantes son probablemente la importancia del equipo, centrarse lo antes posible en tu tipo de cliente porque las balas que tienes son limitadas y, sobre todo, saber parar antes de que sea muy tarde. A veces estás muy metido en lo que estás haciendo y no eres consciente de lo que está pasando en el entorno. Hay que saber poner un fin a todo», explicó.
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