¿Cuánto debe cobrar un consultor?

salary-consulting-actuary-800x800Con la crisis económica cada vez son más los jóvenes vascos que deciden establecerse por su cuenta para ejercer como consultores independientes en las especialidades profesionales que dominan. Ya sea en contabilidad, como asesores tributarios, expertos en informática, ingenieros, desarrolladores de proyecto o en cualquier otro ámbito, una de las cuestiones que se plantea en el comienzo de toda actividad retribuida por cuenta propia es la de los honorarios. Para profesiones reguladas como la medicina o la abogacía existe un margen de maniobra relativamente amplio. En el resto de los sectores la libertad es total, y con ella la incertidumbre a la hora de tasar el valor del trabajo y los méritos propios.


Naturalmente uno no puede tirar por lo bajo y malvenderse: los clientes tendrían una idea muy pobre de quien va por ahí regalando sus servicios en plan low cost. Pero ir de sobrado tampoco causa buen efecto. Antes de lo que piensas un director de compras te habrá obligado a bajar del pedestal, y además se aprovechará de esa falta de profesionalidad y de tablas que acabas de exhibir con tus desorbitadas pretensiones económicas. De modo que entre ambos extremos, ¿dónde situaríamos un punto medio razonable que cumpla el triple objetivo de dejarnos bien en términos de imagen, asegurar nuestra competitividad en el mercado de servicios y no hacernos perder dinero en pusilánimes gangas?

Un enfoque adecuado para resolver el problema podría ser este. En primer lugar estimamos lo que queremos ingresar al año, por ejemplo 40.000 euros -por supuesto brutos: de ahí tendríamos que deducir gastos de oficina, telecomunicaciones, Seguridad Social, impuestos y otros conceptos-. ¿Piensas que estamos en crisis y sería demasiado pedir? Muy bien, entonces vete a Telepizza y pregunta si les quedan plazas de repartidor. A continuación calculas el número de horas que trabajarías a lo largo de un año. Como término de comparación los convenios laborales de algunos sectores especifican normas de entre 1.600 y 1.800 horas.

Obviamente no vas a facturar por todas esas horas, porque gran parte del tiempo la vas a pasar en espera, moviéndote de aquí para allá, con papeleos, gestiones administrativas y actividad comercial. Calcula que ese canon sindical de 1.800 horas puede verse reducido a menos de la mitad, o sea, unas 700 horas que teóricamente podrías facturar en un año de trabajo bueno tras la llegada de los brotes verdes de Rajoy. Divide los 40.000 euros entre esas 700 horas y tendrás una tarifa horaria que podrás aplicar a tus servicios profesionales con la conciencia tranquila. ¿Has hecho la cuenta con la calculadora del iPhone? Te sale algo más de 57 euros. Redondéalo a 60. Los números redondos molan más.

A partir de aquí, tú mismo. Cambia los números si tienes un criterio mejor. Haz ofertas conservadoras y honestas. Al principio puede que tengas que vender un proyecto por menos horas de las que te realmente te ocupa. Ten en cuenta que con el tiempo parte del trabajo realizado se vuelve reutilizable, y esto aumentará tu productividad. Al cabo de algunos meses estarás instalado en tu sector, te habrás hecho un nombre y podrás modificar tus tarifas en función de la demanda o nuevas expectativas.

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