El Corredor Vasco del Hidrógeno: una oportunidad para la descarbonización
|Este ambicioso proyecto supondrá una reactivación económica, a través del desarrollo de la cadena tecno-industrial de la economía, el hidrógeno generará más de 1.340 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos. Además, avanzará en la descarbonización de sectores estratégicos.
El hidrógeno será el protagonista en la transición de Euskadi hacia la neutralidad climática ya que el Proyecto del Corredor Vasco del Hidrógeno (o BH2C) contribuirá al cambio del modelo energético y económico para avanzar en la descarbonización de sectores estratégicos como energía, movilidad, industria y servicios. Es una apuesta por la industria, que nace en Euskadi de la mano de Petronor– Repsol, al que se incorporan también organizaciones de otros territorios, y que supondrá una reactivación económica, a través del desarrollo de la cadena tecno-industrial de la economía del hidrógeno.
El proyecto nace de la decisión estratégica de Repsol de invertir en Euskadi en proyectos que supongan seguir avanzando en la transición energética y conseguir, así, su objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050.
La inversión prevista de 1.300 millones de euros se traducirá en la producción de 20.000 toneladas de hidrógeno renovable al año y evitarán la emisión de 1,5 millones de toneladas anuales de CO2, para lo que se construirán tres instalaciones:
- La primera alimentará el Parque Tecnológico de Abanto (2022).
- La segunda estará en funcionamiento en el año 2024 en el Puerto de Bilbao y estará destinada a la planta de combustibles sintéticos.
- La tercera (2025) servirá para descarbonizar el proceso productivo de Petronor y abastecer las necesidades del propio Corredor.
Cabe destacar que se destinarán 50 millones de euros a proyectos de investigación relacionados con la aplicación del hidrógeno en movilidad: transporte de pasajeros, carga de larga distancia (tren, aviación, marina); residencial: calefacción y cogeneración para cubrir las necesidades de edificios comerciales o residenciales; e industria de difícil descarbonización.
El tejido industrial vasco reúne todas la características necesarias para ser el lugar perfecto para llevar a cabo este proyecto; el peso de la industria alcanza el 25% del PIB y la creación de un ecosistema del hidrógeno representa una oportunidad estratégica que permite basar el crecimiento económico en una industria descarbonizada.