La plataforma tecnológica del Sabadell, que inicialmente era la de BBK, se coloca en el centro de la OPA del BBVA

Nunca antes la tecnología ha tenido tanta importancia en una gran operación financiera. Se trata de la OPA del BBVA sobre el Sabadell, técnicamente justificada por las sinergias tecnológicas (450 millones de ahorro) y en menor medida de empleo (300 millones).


Una vez que el Gobierno de España ha aprobado la operación con la condición de que el Sabadell mantenga su independencia societaria y su patrimonio durante entre 3 y 5 años, la fusión informática es posible desde el primer día, según explicó el ministro de Economía Carlos Cuerpo en un curso en Santander. Solo falta que el BBVA lance finalmente la OPA y que sea aprobada por más del 50% de los accionistas.

El country manager del banco bilbaíno en España, Peio Belausteguigoitia, recordó al día siguiente que la tecnología de su banco es probablemente su mayor ventaja a día de hoy. Esta plataforma informática explica, a su juicio, el éxito del lanzamiento del BBVA en Italia, donde ha captado 700.000 clientes en apenas dos años con una plantilla de apenas 100 personas, y la inminente en Alemania, además de su mayor capacidad para crecer online en España.

Le respondió en el mismo curso, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie), el CEO del Sabadell, César González-Bueno, con un tono un tanto vanidoso, que su plataforma informática está valorada en 900 millones de euros, que según las condiciones del Gobierno de España, no se podrán enterrar hasta al menos 2028. Es decir, que el BBVA no puede cambiar de tecnología a nivel contable.

Por no hablar de los entre 300 y 500 empleados que el Sabadell tiene ahora en su filial informática, parte de ellos por cierto localizados en la antigua sede del Banco Guipuzcoano en San Sebastián. No los podrá despedir en los primeros años, lo que supone en la práctica un retraso en la obtención de los ahorros que toda fusión genera.

Los 900 millones en los que el Sabadell valora su plataforma informática son evidentemente un precio inflado contablemente, porque si de algo no puede presumir este banco es de tecnología. Basta recordar que en 2018 la integración informática con su filial inglesa TSB causó un caos que dejó sin acceso a sus cuentas a casi la mitad de los 5 millones de clientes.

El Sabadell tardó cuatro años en cerrar esta crisis, un esfuerzo que ha exigido la participación de sus dos socios históricos, IBM y Accenture. Lo que es menos conocido es que esta plataforma tecnológica deriva de la que BBK le vendió en 2000, Besaide, desarrollada por Informática de Euskadi, empresa ahora integrada en Accenture.

Evidentemente ha ido sufriendo adaptaciones y mejoras pero no consta que en 25 años su corazón haya variado respecto del que heredó de la actual Kutxabank. El BBVA, por el contrario, se tomó muy en serio la evolución tecnológica, probablemente lo único que hizo bien durante los 19 años que presidió la entidad financiera Francisco González, que es informático de formación.

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