¿Cuál es la misión de BAT: captar votos o startups?
|Bilbao Accelerator Tower (BAT), la torre del emprendimiento de Bizkaia, ha estrenado hace unos días cinco nuevas plantas. Este acontecimiento, convenientemente edulcorado para darle la máxima visibilidad posible a nivel local, ha sido utilizado por las autoridades vascas para vender la idea de su rotundo éxito. ¿Pero es así?
Hay que analizar varios aspectos:
- Los datos de uso. Los promotores de BAT indican que hay 800 personas trabajando en la torre, 123 startups, 45 corporaciones empresariales y 55 inversores, centros tecnológicos y universidades. Son datos en principio muy positivos. Faltaría hacer un análisis más cualitativo para saber si las empresas de nueva creación, el verdadero objetivo del BAT, existirían y estarían en Bizkaia si no se hubiero puesto en funcionamiento esta torre. No hay, por ejemplo, noticias de ninguna ronda relevante de inversión de startups allí instaladas y gran parte de ellas solo se han mudado al BAT como si de un coworking se tratara.
- Los datos de conectividad externa. Se indica que BAT ha llevado a cabo 26 misiones internacionales y que ha recibido a 16 delegaciones de otros países. 130 startups han visitado la torre. Una vez más, habría que analizar en profundidad si esta actividad ha servido para algo o es mero turismo. Una medida muy sencilla sería ver en cuántos medios internacionales se ha hablado del BAT. Lamentablemente tengo la respuesta: cero.
- El acto de inauguración en sí mismo. Esto es lo que peor pinta tiene, porque transmite una sensación de politiqueo y de deseo de vender sin escuchar al cliente. Los eventos que organizan las administraciones vascas son siempre iguales, con la única diferencia de las gafas de realidad virtual o las pantallas inmersivas. Vender que en ese edificio se hace innovación abierta sin permitir un ápice de espontaneidad lo que transmite es una sensación de humo en medio de una aburridísima solemnidad.
El problema de fondo es que detrás de BAT hay dos actores principales con intereses paralelos pero que no tienen por qué coincidir con los de las startups, que deberían ser las auténticas protagonistas. Por una parte, las administraciones, cuyo único interés es vender la imagen de que están dejándose la piel para que en Bizkaia haya muchas empresas de nueva creación. Lo que persiguen son votos.
Por otra, la consultora adjudicataria de la gestión, cuya única intención es que se cumplan sus objetivos cuantitativos, los del contrato, para poder cobrar periódicamente. PwC factura por su servicio pero no necesariamente porque en Bizkaia haya más o menos startups. En el fondo, esto le da igual, lo que explica que haya puesto mucho énfasis en que se registren en BAT muchas empresas, a veces casi sin pagar, aunque eso solo signifique que se hayan mudado dentro de Bilbao o que hayan puesto una sede virtual para poder cobrar ricas subvenciones.
Todo el que ha estado en el BAT sabe que no tiene vida si se compara con otros «ecosistemas» similares del mundo e incluso con los más cercanos de Valencia (Lanzadera en La Marina) y Barcelona (Pier01). Las startups se pegan por estar allí porque saben que eso les va a ayudar a crecer, a aprender y a captar dinero. Y eso nada tiene que ver con lo que se está haciendo en el BAT.
PwC, que no tiene ni idea de emprendimiento, no está haciendo una mala gestión desde un punto de vista meramente cuantitativo, que en el fondo es a lo único que está obligada. Atrae startups al BAT pero no parece que éstas crezcan o incluso que se creen más, que deberían ser los objetivos reales. Tampoco se ha convertido en un «faro del emprendimiento», como anunciaba el diputado general Unai Rementeria durante su inauguración.
Su eco solo se escucha a través de medios como Deia o El Correo, éste último publicidad mediante. «Va bien», escribe el diario de Vocento. «Sin cuantificar su impacto real», añade Gara, periódico en el que BAT no se ha anunciado. Y más allá del Ebro, cero repercusión. Por no hablar del daño al mercado inmobiliario bilbaíno que la creación de un coworking público puede estar provocando.