Coronavirus: oportunidades de negocio de la «economía del encierro»

Cada día está más claro que la crisis del coronavirus va a dejar secuelas durante mucho tiempo, probablemente año y medio, hasta que el peligro de contagio para los grupos de riesgo se haya minimizado. Así que conviene hacerse a la idea de que en ese periodo, en el que tendremos que acostumbrarnos a vivir en un estado de pandemia, hay ciertos negocios que deben adaptarse y otros que van a surgir o reforzarse. Se puede denominar «economía del encierro». Veamos algunos ejemplos.

Los negocios relacionados con el ocio compartido, como bares, discotecas y algunos restaurantes en los que hay poca distancia entre comensales, va a ser difícil que puedan reactivarse a corto y medio plazo. No quedará más remedio que mantenerlos cerrados o abiertos con condiciones muy estrictas de separación entre personas. ¿Qué pueden hacer los que se dedican a estas labores? Fundamentalmente, desarrollar versiones digitales o televisadas o incluso innovar en torno a apps que faciliten el contacto entre personas y el disfrute conjunto de ciertas actividades.

Los restaurantes en particular tienen un difícil futuro. Los más rápidos están explotando al máximo las posibilidades del envío a domicilio de menús preparados, generalmente de la mano de los Glovo o Deliveroo. En Francia hay incluso un chef con estrella Michelin, Alexandre Busquet, que se ha apuntado a esta moda, aunque con precios más altos. Algo parecido ocurre en EE.UU. pero con recurso al drive-thru.

Eventos. Este negocio se ha caído por completo, empezando por el Mobile World Congress de Barcelona, aunque el profesonal ya estaba en plena destrucción. . Y la parálisis tiene pinta de ser larga, por lo que ya hay empresarios virtualizando conferencias y otras reuniones. Startups como Run The World, Agency EA o Hopin se dedican precisamente a poner todos los medios para que un evento sea pueda realizar a través de Internet. En Madrid, AgoraNews o La Latina Valley están girando hacia este negocio con enfoques diferentes pero siempre dando protagonismo a la interacción entre los participantes.

Cine. Cerradas las salas de exhibición o con fuertes restricciones a su aforo, el negocio se está pasando a marchas forzadas hacia Internet. Ahí están los Netflix y Amazon Prime Video, pero también películas como El Hoyo, que pasaron discretamente por los cines y ahora triunfan en estas nuevas plataformas. Hay también fuertes rumores de que Apple va a comprar una de las grandes productoras o distribuidoras.

Apuestas deportivas. Al cerrarse todas las competiciones deportivas, este negocio se ha esfumado. Algunas empresas, especialmente extranjeras, que se rigen por regulaciones más abiertas, están girando su actividad hacia los e-sports y temas como la política o incluso la prensa rosa.

Moda. Si la gente no sale de casa, comprará mucha menos ropa, al margen de que los propios centros comerciales sean lugares poco recomendables cara a un eventual contagio. Una alternativa rápida, además del comercio electrónico, son las prendas de uso doméstico, una especialidad que hasta ahora rehuían todas las grandes cadenas.

Gimnasios. No van a poder abrir en mucho tiempo y los que lo hagan no recibirán la misma demanda que antes. Para mi sorpresa, son muchos usuarios los que han empezado a hacer ejercicio en casa a partir de apps o vídeos de Youtube. Este fenómeno se debería mantener en el tiempo acompañado de sistemas de gamificación compartida. Se podría complementar con la venta online de equipos de fitness.

Turismo. Este es el primer negocio que sintió los efectos del coronavirus y al que más le va a costar volver a arrancar. Y es que los turistas, especialmente los extranjeros, han cogido miedo a viajar y se quedarán en casa por una buena temporada. A largo plazo volverá a ser lo que era, porque a todo el mundo le gusta visitar sitios nuevos. Mientras tanto, los operadores turísticos tendrán que atraer visitantes más cercanos y más activos (ciclismo, paseos…). Las casas rurales deberían verse beneficiadas.

Comercio. Que las tiendas de toda la vida no especializadas tienen los días contados es algo que nadie puede discutir. Esta crisis, que ha obligado a cerrar a gran parte del comercio, no ha hecho sino acelerar el proceso. Especializarse en productos y servicios muy específicos y vender por Internet y lo que ello supone en cuanto a marketing online son las únicas alternativas. Véase en este sentido cómo muchos tenderos de alimentación se han animado estos días a aceptar pedidos por teléfono o incluso whatsapp.

Tecnología. Las startups, con la excepción de las que tienen relación con el sector sanitario o las relacionadas con el confinamiento, no van a pasar por sus mejores momentos. Ahogada temporalmente la financiación de capital-riesgo, muchas van a morir en el camino. Lo más inteligente para todas y especialmente las que se dedican al hardware, es pensar en herramientas anti-pandemia, como por ejemplo aparatos que permitan filtrar a enfermos antes de entrar en un local, que van a ser más que demandados.

Fuente de la foto: https://www.youtube.com/watch?v=xOz60CzBnPA

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