Imanol Olaskoaga (PowerfulTree): «El emprendimiento siempre ha estado en el ADN de las cooperativas de Mondragon»
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Imanol Olaskoaga (Errenteria, 1966) estudió ingeniería en Tecnun e hizo un MBA en la Mondragon Unibertsitatea antes de ponerse a trabajar por cuenta ajena en firmas vascas de desalación (Cadagua-Ferrovial), automoción (Gestamp y Batz) y componentes eólicos (Matz Erreka). Es en el Grupo Mondragon donde un buen día recibe a los promotores de una idea que le entusiasmó de tal manera que ha terminado convirtiéndole en emprendedor.
Esta es su historia:
- A Olaskoaga le picaba tanto el gusanillo del emprendimiento que se dedicó a intraemprender en Matz Erreka, cooperativa que estaba muy interesada en la sensorización de las fijaciones que fabrica para la industria eólica. Y finalmente se unió al Centro de Promoción de nuevos negocios del Grupo Mondragon, que es donde conoció a sus socios. «Un día vinieron a presentarnos un proyecto que unía generación de alimentos y energía eólica. Les habíamos llamado nosotros porque, tras la pandemia, veíamos la necesidad de entrar en nuevos sectores como el sanitario y el de alimentación. No conseguimos que se implicara ninguna cooperativa, pero sí que tomé la decisión de hacerlo yo directamente», explicó.
- Olaskoaga cree que emprender desde el Grupo Mondragon es más sencillo porque sus cooperativas siempre han tenido un ADN emprendedor. Al mismo tiempo, reconoce que la corporación ofrece una seguridad que contrasta con las incertidumbres que rodean a toda startup. «No fue fácil tomar la decisión, pero había hecho un balance de mi vida profesional y veía más oportunidades que riesgos. Me movía el espíritu de genera algo que puede ser muy interesante para el país. Mondragon ayudó porque fomenta mucho el emprendimiento, conscientes de que la agilidad de una startup tiene muchas ventajas frente al consenso que exige una cooperativa. Nos trajimos la compañía a BIC Araba», explicó.
- La nueva startup, PowerfulTree, aspira a compatibilizar producción alimentaria con el uso del suelo para generar energía solar. El truco consiste en elevar las placas para que pueda haber cultivos por debajoque así reciben sombra a ciertas horas del día. «La posición de los paneles solares va variando en función del nivel de luz que deben recibir las plantas que están en el suelo. Es una sombra inteligente, porque hay que tener en cuenta que una radiación excesiva puede ser negativa para los cultivos. Es especialmente interesante para viñedos, en cuanto permite retrasar la cosecha, o el pistacho, que se puede ver afectado por un exceso de sol. Hemos registrado algunas patentes y ahora estamos pendientes de la regulación. Nos beneficia que se prohíba la fotovoltaica en terrenos agrícolas, algo que está empezando a suceder. Las expectativas de mercado son muy elevadas», explicó.