Groupon y otros cuponeros violan los derechos de los consumidores

El negocio de Groupon me parece poco interesante a largo plazo, en la medida en que depende de contratos leoninos con los comerciantes y de comerciales agresivos que consiguen que se firmen. Este tipo de estructuras solo son rentables a corto plazo, pues no crean barreras de entrada que permitan hacerlos crecer a lo largo de los años. No hay tecnología compleja ni modelo difícil de replicar, lo que explica por qué salen cuponeros por todas las esquinas.


Curiosamente, me consta que muchos de ellos hacen dinero fundamentalmente a través de los «vales» no canjeados. He oído hablar de hasta un 30%, lo cual resulta espectacular… y escandaloso como negocio. Unas veces el consumidor pierde el cupón, otras veces se olvida de que lo tenía y en otras ocasiones lo que ocurre es simple y llanamente que caduca.

Y esto último resulta que no es legal, aunque casi todas las empresas del sector lo estén utilizando proactivamente. Venden un cupón de una cena en un restaurante o de una sesión de spa que caduca a los 60 días y, como el cliente lo olvida, el dinero se lo acaba quedando íntegramente el Groupon de turno. Curiosamente, esto no sucede en EE.UU., donde es el comerciante el que se guardaría el importe.

Me parecía una cláusula abusiva. Y lo es, en la medida en que impone unas condiciones muy estrictas para el consumidor sin compensarlo con otras de igual peso para el vendedor. Si el comercio no sirve o lo hace de forma deficitaria, el cuponero no responde. Su papel ha sido el de mero gestor de una transacción, el de intermediario, con su comisión correspondiente.

¿Y por qué esto es ilegal? Lo dice el artículo 16 de la Disposición Adicional Primera de Ley de Consumidores y Usuarios: «La retención de cantidades abonadas por el consumidor por renuncia, sin contemplar indemnización por una cantidad equivalente si renuncia el profesional». Dicho de otra forma: si no nos compensan también por una posible renuncia del comercio en el mismo plazo, esta cláusula es abusiva y, por tanto, es como si no existiera. Por lo tanto, podemos canjear nuestro cupón cuando nos dé la real gana y no en 60 días.

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