Iñaki Mendialdua (Weetbe): «El primer producto lo hemos financiado a través de crowdfunding»

Iñaki Mendialdua (Bilbao, 1998) estudió Leinn y junto con otras dos ingenieros de la firma de automoción Walterpack, Itxaso Domingo y Marcos Fernández Alonso, ha puesto en marcha Weetbe. Esta startup nace con el objetivo de diseñar productos innovadores y su primer resultado ha sido una mascarilla transparente que han financiado a través de crowdfunding y que ha tenido un amplio eco mediático.

Esto es lo más interesante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • Weetbe nace poco antes de la pandemia, por lo que encontrar productos con los que ayudar a la sanidad pública fue una de sus primeras misiones. En concreto, fabricó 20.000 pantallas de protección facial y posteriormente Mendialdua y su equipo se pusieron a diseñar mascarillas que fueran más duraderas y sostenibles y pudieran salvar las barreras que las convencionales representan para las personas con discapacidades auditivas. «Empezamos siendo un producto de Walterpack, que nos ha dado todo el soporte técnico por su conocimiento de la inyección de plástico, y hemos terminado creando una empresa aparte. Queríamos crear una startup que se saliera de lo que es una compañía más tradicional», explicó.
  • La investigación ha sido una constante de Weetbe. Tanto de lo que ya está disponible en el mercado como de los aspectos más técnicos ligados a la fabricación. En su mascarilla han incorporado un motor ventilador que mejora la respirabilidad y filtros diseñados en el CSIC. «Nuestro siguiente reto es darle un tratamiento antiempañamiento. Lo estamos desarrollando y lo incorporaremos al producto en el futuro. Además, nuestro idea es continuar desarrollando nuevos artículos, que es lo que nos apasiona. Hemos aprendido mucho con la mascarilla transparente», añadió.
  • Para financiarse, Weetbe ha recurrido al crowdfunding a través de la plataforma Indiegogo. Así consiguió recaudar 40.000 euros de inversores de 35 países que compraban el producto antes de que estuvieran disponibles sus primeras unidades, que costaban 20-25 euros. «Es gente que apuesta por tu proyecto a ciegas. Validamos de esa manera el producto, porque vimos que había que realmente demandaba el producto, y con los fondos pudimos hacer los moldes. Para dar a conocer la campaña tiramos mucho de notas de prensa. Ahora ya nos financiamos con las ventas, todas vía web», explicó.

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