¿Qué se ha hecho bien para que España se cuele en el Top 10 de los ecosistemas emprendedores?
|A la chita callando y sustituyendo a Francia, España se ha colado entre los diez mejores ecosistemas emprendedores del mundo, según el Startup Ecosystem Rankings. Y Madrid y Barcelona tiran con fuerza tras entrar en el Top 6 de ciudades a nivel europeo, aunque varias clasificaciones sitúan mejor a la capital catalana. ¿A qué se debe esta sustancial mejora?
Estas son las diez razones que puedo identificar:
- Las administraciones se han volcado en el apoyo del emprendedor. Lo que era una realidad solo en el País Vasco y Cataluña hace una decena de años, se ha extendido por todas las comunidades. Políticamente, apoyar al emprendedor se ha convertido en una prioridad y eso evidentemente ayuda a que haya más gente dando el salto.
- Hay dinero. Los fondos de capital-riesgo, antes inexistentes, han prosperado en los últimos años de la mano especialmente de emprendedores que han tenido éxito (Iñaki Arrola, Carlos Blanco, Miguel Vicente, Jon Uriarte…) y de los programas europeos y estatales que duplican sus recursos reduciendo por tanto el riesgo a la mitad. Hace tiempo que Luis Martín Cabiedes y Caixa Capital Risc no son los únicos que invierten en startups en nuestro entorno.
- España es un país relativamente barato para contratar mano de obra cualificada. Esto es mucho más importante de lo que creemos ante la inflación salarial registrada en el ecosistema californiano, que ya casi no da más de sí.
- Hay ahora múltiples casos de éxito que animan a otros a replicarlos. Además, se ha escrito ampliamente sobre las cuatro grandes mafias de emprendedores de España: Ya.com, Tuenti, Idealista e Intercom, cuatro ventas que han generado un sinfín de inversores y fundadores de nuevas startups. Seguramente habría que incluir ahí también a SeedRocket y a Antai, que son aceleradoras/incubadoras más que empresas.
- Madrid y Barcelona atraen a muchos emprendedores extranjeros. Son dos grandes metrópolis con un tiempo mucho más benigno que en el resto de Europa y con una cultura acogedora. Esta importación de talento emprendedor compensa la falta de ambición e iniciativa que todos los estudios detectaban hasta ahora en España. Hay muchos nombres que me vienen a la mente: Zaryn Dentzel, Martín Varsavsky, RJ Friedlander, François Derbaix o Marek Fodor.
- El castellano es la gran arma del emprendedor español con ambición de conquistar el mundo, en cuanto le facilita sustancialmente un crecimiento rápido en una zona que abarca a cerca de 500 millones de personas (y más si incluimos Brasil).
- El espíritu liberal que rige en la economía española, y especialmente en la madrileña, está resultando fundamental para el crecimiento de startups como Glovo o Cabify. Son modelos cuya mera existencia exige que haya administraciones poco intervencionistas. El emprendedor no necesita rebajas fiscales pero sí que no le molesten.
- Las grandes empresas están dejando de ser sexys, además de que ya casi no contratan. Cada vez hay más profesionales jóvenes a los que les atrae más montar una startup que trabajar para el Santander o Iberdrola, dos gigantes que apenas tienen capacidad de innovación. Quien mejor lo ha sabido ver es Juan Roig, el presidente de Mercadona, que ha invertido una parte de su patrimonio en una aceleradora que está resultando fundamental para la prosperidad del ecosistema valenciano.
- Hay eventos tecnológicos relevantes que se celebran en España y que, al reunir a gran parte de los actores, contribuyen a la generación de ecosistema. Me refiero fundamentalmente al Mobile World Congress y a su versión para startups, 4YFN. En menor medida también al South Summit madrileño, que para mi gusto es excesivamente local.
- Hay algunos sectores del emprendimiento en los que España se codea ya con los grandes ecosistemas. Me refiero fundamentalmente a los videojuegos y al turismo, con dos iconos como Social Point y eDreams. Aunque no hay que olvidar que España ha sido capaz de crear grandes startups en sectores tan distintos como la ciberseguridad (AlienVault), los buscadores (Trovit), el comercio electrónico (Privalia o Ticketbis) o la inteligencia artificial (Indisys).
2 comentarios
Siendo extranjero no puedo compartir esa vision irrealista que montar una start up en Espana es facile, Es una vision un poco limitada y angelica de pensar que Espana se limita a Barcelona y a Madrid, opinar que la complexidad administrativa para emplear y llevar una empresa en Espana constitue un advantage competitivo seguramente no es cierto, en cuanto se hace la comparison con otra pays typo Ingleterra. Los convenio y la reglas de empleo seguramente constituan un impedimiento , una complexidad y gasto de assessor laboral que un pequenos negocio no se puede permitir. Con respecto a la la mentalidad todavia es muy ‘ yo busco un trabajo 09h00 -17h00 ‘ y por todo lo vida y si puede obtener un puesto de funcionnario mejor . El antagomismo que hay entro los emprededores y los empleado no deja pensar que hay calquier esperenza de mejora, en Espana no se negocia se haces pressioon .. Creo que el mejor de todo es » espiritu liberal que rige la economia espanola ‘ cuando es todo el contrario y que la reglas administrativa son la mas rigidas de Europas , y no es nada que Espana era classificada en las 82 plazas de los pais para empezar un negocio … Todo esso es una vision muy Angelica…
@benito – No sé cuántas startups has montado en España pero yo ya llevo unas cuantas y el papeleo es mínimo y no suele costar más de una semana, incluso en agosto. En todos los países hay que estar asesorado para contratar bien. Dudo mucho que en Reino Unido puedas hacerlo por ti mismo. En la mentalidad te doy la razón, pero ya lo comento en el artículo: hay muchos emprendedores extranjeros que están viniendo a Madrid y Barcelona y esa es una de las grandes ventajas del ecosistema español. Por otra parte, esa misma mentalidad que tú indicas es precisamente muy buena para contratar. El empleado español es, de hecho, mucho más leal que otros. En cuanto al espíritu liberal, te reto a que compares a Madrid (no a Barcelona, que está yendo por otros derroteros) con cualquier otra capital europea.