Pablo Sánchez Rey y Juan Pablo de Giacomi (Innomy): «Queremos utilizar hongos para producir carne»

El biólogo Pablo Sánchez Rey (Buenos Aires, 1991) y el licenciado en relaciones internacionales Juan Pablo de Giacomi (Buenos Aires, 1987) son los socios, junto al catedrático Francisco Kuhar de Innomy. Esta startup con sede en Zamudio quiere utilizar hongos para producir carne sintética.

Esto es lo más interesante que nos contaron en la entrevista que les hicimos:

  • Sánchez Rey investigaba en Argentina, bajo la dirección de Kuhar, las posibles aplicaciones de las células fúngicas (hongos) a la alimentación. Una vez comprobado el potencial, quería llevarlo al mercado, momento en el que se topó con De Giacomi. «Miraba los grandes desafíos mundiales, y el de la alimentación es uno de ellos, y quería ser protagonista de los grandes cambios que son necesarios. Fui llamando a los laboratorios puerta por puerta para que me contaran lo que estaban haciendo y un día me topé con Sánchez Rey. Vi que lo de los hongos tenía potencial y le animé a crear algo juntos», explicó De Giacomi.
  • La startup está en Bizkaia por una suma de casualidades. Los tres socios querían darle un carácter global al proyecto y entraron en contacto con Spain Food Tech, lo que les permitió descubrir Bizkaia. «Detectamos que en este territorio había un gran interés por la gastronomía y en Beaz nos han abierto las puertas de par en par. El laboratorio lo tenemos en Bizkaia y todos nos hemos mudado aquí. Nos han apoyado con instalaciones y también con ayudas públicas. El ecosistema es ideal y además aquí tenemos todos los ingredientes necesarios para nuestro producto», explicaron.
  • El producto básico está ya muy desarrollado y permite convertir, con ayuda de un sustrato, las células fúngicas en algo parecido al músculo de un animal, casi con las mismas proteinas. El sabor se consigue añadiendo aromas. «Es un producto alternativo a la carne animal con las mismas características y la ventaja de que no tiene colesterol. Hay mucho interés y ya estamos negociando con algunas empresas importantes de España para suministrarles la tecnología de fermantación y el inóculo con las células. Seremos una especie de Intel para que ellos fabriquen el producto final. Hay cinco competidores en todo el mundo pero utilizan una tecnología diferente que es más costosa y genera un producto menos saludable. A nivel financiero, estamos preparando una ronda de 1 millón a una valoración de 6 millones», explicaron.

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