Las críticas en Twitter al concierto de Vetusta Morla dejan en evidencia a Last Tour y a El Correo
|Twitter no está cambiando gobiernos en nuestros lares, pero sí que está sirviendo para que los consumidores puedan ejercer sus derechos. Un caso significativo es el ocurrido en torno al reciente concierto de Vetusta Morla en Bilbao, organizado por Last Tour, una empresa que se aprovecha del monopolio de la organización de este tipo de eventos en Bizkaia con el fiel apoyo de El Correo. Ambas entidades han tenido que recular ante el ruido generado en Twitter.
Lo cierto es que, a tenor de las decenas de quejas registradas en Twitter, el concierto fue un auténtico desastre. Tanto por acústica, como por incapacidad de dar entrada a todos los espectadores con entrada como por la falta de seguridad de las instalaciones.
Hay melómanos que hablan de estafa:
#Bilbao #VetustaMorla bilbao #VetustaMorla estafa en bilbao e incumplimiento de todas las normas de #autoproteccion #ProteccionCivil . ¿plan autoproteccion? ¿responsables? pic.twitter.com/BoNjwBSUfP
— hoppe (yuppe) (@HoppeOlea) 30 de junio de 2018
Hasta el propio grupo ha calificado de «pésima» a la organización del evento:
@vetustamorla y nos vamos… con pena, con rabia, incrédulos de una organización tan pésima… Nos os han hecho ningún favor. pic.twitter.com/FNDr95ZuCu
— Ruth Aristondo (@dottR) 30 de junio de 2018
Y este desastre afecta a la propia imagen de la ciudad, dado que algunos asistentes venían de lejos:
Cuando te vas dsd BCN a Bilbao a ver a @vetustamorla xq quieres repetir concierto y te encuentras con una RATONERA. Pues no se entra y punto. Seguro q ellos no tiene la culpa pero hay q prever estas cosas, señores. Mal es MAL. pic.twitter.com/KolADmNEAv
— beatriz de quintana ?? (@beadequintana) 30 de junio de 2018
Pese a la evidencia, o quizás obviándola, El Correo tituló al día siguiente en sus páginas: «Vetusta Morla la clava en Bilbao». Y tuvo que rectificar después vía web, ya no en papel, ante la oleada de quejas registradas en Twitter. Lo hizo con un artículo en el que reconocía los problemas detectados en lo que constituye la primera ocasión en que el periódico de Vocento critica un evento organizado por Last Tour International, que no en vano es uno de sus grandes anunciantes.
La oleada internauta llegó entonces a las instituciones, que empezaron a exigir explicaciones. Y finalmente Last Tour International, que tiene varios monopolios subvencionados en la ciudad como el BIME o el BBK Live, ha tenido que dar la cara.
El aforo seguramente sea verdad que no lo sobrepasaron, lo que me resulta imposible de creer es que un recinto en el que la entrada está situada al lado del escenario(el punto crítico de aglomeración de gente) cumpla las normas de seguridad.
En ese recinto, para conciertos privados en el que solo hay un punto de entrada, el escenario debe estar situado pegando a la ría.
Lo que está claro es que Last Tour tiene muy buenos contactos en las altas esferas de la ciudad. Como organizadores no son especialmente buenos, en el BBK Live han tardado prácticamente 10 años en solucionar errores graves/importantes de organización y planificación que lo normal sería hacerlo en uno o como mucho dos años.
El problema de los conciertos de pago es que son un servicio de estos en los que no se contempla la devolución del dinero lo cual tedría que ser hasta ilegal.
Si tu vas a un concierto, la organización es un asco, se demuestra que se soprepasa el aforo, etc etc etc… y, sobretodo, resulta que suena de asco, pues eso tendria que provocar la devolución del dinero de todo el que lo solicitará.
De esa forma seguro que para la próxima lo remediaban todo.
En el momento en que algo es pago y no es lo que a priori deberia ser, eso implica devolución del dinero.