Josu Oleaga (InsektLabel Biotech): «En el futuro comeremos insectos habitualmente»
|Josu Oleaga (Arrasate, 1991) puso en marcha la cooperativa Tazebaez tras terminar el grado Leinn y, desde ahí, ha cofundado InsektLabel Biotech. Esta startup aspira a elaborar alimentos a partir de insectos, un reto que mezcla tecnología, regulación, colaboración, industrialización y comercialización. Y está convencido de que todos los comeremos de forma habitual.
- InsektLabel Biotech nace como idea en 2018 cuando un compañero de trabajo de Oleaga regresa de un viaje con varias ideas de alimentos. Los insectos todavía no se podían utilizar para consumo humano pero vieron que la legislación iba a cambiar en breve. «Lo miramos con los centros tecnológicos, hicimos el análisis de mercado y descubrimos que había dos jóvenes biólogos en Euskadi que ya estaban criando este tipo de bichos para alimentar a mascotas, sobre todo reptiles insectívoros. Hablamos con ellos y empatizamos. Todos queríamos emprender», explicó.
- Finalmente, Oleaga conforma la sociedad junto con Gustavo Pérez, David Avila y Eztizen Quintela. En una primera fase, la startup se centró en los insectos como alimento para animales, siguiendo el camino ya iniciado por los biólogos. «Ampliamos sus instalaciones y tratamos de aumentar la producción. Llegamos a facturar 35.000 euros el primer año, pero los pedidos eran cortos y delicados y no veíamos cómo generar economías de escala. Así que hablamos con fabricantes de piensos para ver si podrían estar interesados en nuestro producto. Pero lo vimos difícil porque suponía competir con un alimento tan barato como la soja», explicó.
- La segunda fase de la startup comienza en enero de 2020, cuando los cuatro socios deciden centrarse en la alimentación humana, un sector conocido como foodtech. Esto ha supuesto reducir el catálogo de insectos a solo dos, dejar de facturar temporalmente e invertir mucho en I+D y en buscar alianzas con empresas más consolidadas que quieran experimentar con este nuevo ingrediente. «Es un mercado muy nuevo y, además de los cambios regulatorios, todavía tiene que ser aceptado por el consumidor. Hemos invertido en unas nuevas instalaciones en Zamudio en las que los controles son mucho más exigentes», explicó.
- ¿Qué ventajas tienen los insectos como alimento? Fundamentalmente, su aporte proteíco es muy elevado (más del 50%), por lo que resultan mucho más eficientes que el pollo o la carne. «El crecimiento de la población y las mayores exigencias medioambientales van a forzar cambios en los modelos alimentarios. Nosotros creemos que el futuro será entovegano, un concepto que mezcla productos vegales con insectos como principales ingredientes de la dieta humana», explicó.
- ¿Y cómo comeremos los insectos? Al margen de quien pueda ingerirlos como si de gominolas se tratara, las pruebas de InsektLabel giran en torno a la producción de harinas. De hecho, han elaborado ya, junto al centro tecnológico Leartiker, unos prototipos de snacks tanto dulces como salados. «El principal problema que tenemos es que el producto va a ser caro hasta que no esté más desarrollado el sector y se generen economías de escala», explicó.
- ¿Y cómo están financiando el proyecto? Al margen de las aportaciones iniciales de los cuatro socios, InsektLabel está participando en varios programas de I+D y actualmente negocia una inyección de capital por parte de un fondo especializado. Además, hay empresas de alimentación que se han interesado por utilizar a la startup como laboratorio de investigación. «Nuestra opción preferida es generar una colaboración con una empresa grande a la que podamos facilitarle el I+D. Tenemos claro que este proyecto es a largo plazo», explicó.