Inditex y el big data

Zara Store in Hong Kong
Zara Store in Hong Kong (Photo credit: Wikipedia)

Inditex es una empresa modélica a muchos niveles y todos ellos están sostenidos en una tecnología que le permite diseñar, fabricar y transportar en tiempo real. Eso que hace la firma textil gallega ahora se llama «big data» y no es otra cosa que recopilar datos de los clientes para elaborar los productos que más se van a vender y para saber en todo momento qué tiendas necesitan tal o cual prenda.


Es lo que ahora se denomina «fast fashion» y que no es otra cosa que disponer de una estructura ágil para detectar qué está funcionando en el mundo de la moda y fabricarlo casi en tiempo real. Un estudio de Goldman Sachs explica que cada tienda de Zara recibe nuevos modelos dos veces a la semana, con lo que los clientes tienen mayores incentivos para volver a visitar ese comercio e incluso para comprar rápido ante el riesgo de que una prenda se agote. Hay que tener en cuenta que hasta hace no muchos años lo habitual era recibir nueva ropa con el comienzo de cada temporada.

Otra singularidad de Inditex es que todas estas labores se siguen haciendo en Arteixo y no han sido trasladadas a Madrid, como hace ya decenios hicieron el Banco Santander y el BBVA desde sus ciudades de origen. En Galicia están los que analizan los datos, los que transforman ese conocimiento en nuevos diseños y pedidos y también los servidores.

Hasta 4.000 ordenadores hay en el data center de Arteixo desde el que se controla todo lo que se demanda en las 6.700 tiendas que Inditex tiene por todo el mundo. De ahí que, cuando Zara decidió vender por Internet, pudo hacerla con toda naturalidad, ya que su empresa matriz estaba tecnológicamente preparada casi desde que nació.

Lo que Inditex ha demostrado también es que para innovar no hace falta inventar la rueda pero sí aprovechar muy bien lo que ya existe en el mercado. En Arteixo no se ha desarrollado ningún algoritmo extraordinario ni tampoco se ha descubierto un sistema operativo para los terminales de las tiendas. No hacen falta patentes para aprovechar el big data. Tan solo mucho ingenio y mucho trabajo.

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