Euskaltel garantiza el futuro de las cajas vascas
|La salida a bolsa de Euskaltel viene como agua de mayo a las cajas vascas en un momento en el que la espada de Damocles del Banco de España (BdE) pendía sobre ellas. La normativa de solvencia de las fundaciones bancarias (que es lo que son ahora BBK, Vital y Kutxa después de traspasar su actividad financiera a Kutxabank) les podía obligar, si el BdE consideraba que ejercían un control conjunto sobre Kutxabank, a constituir un fondo de reserva de 700 millones, algo imposible para unas entidades cuyo único ingreso son los dividendos de Kutxabank, que en 2014 ganó 150 millones y reparte sólo un 30% de ellos a sus accionistas, que además lo tienen prácticamente comprometido con su obra social.
Las útimas noticias hablan de que finalmente las cajas han convencido a las autoridades finacieras y no se considera que los tres accionistas ejerzan esa concertación entre ellos, por lo que sólo BBK tendrá que constituir ese fondo como socio que ejerce el control con su 57% (que fuera BBK quien liderara públicamente la elección de Villalabeitia para sustituir a Mario Fernández se explica por esto). La cifra del fondo asciende a unos 250 millones. ¿De dónde salen si recibe unos 30 millones anuales de Kutxabank y además van a su obra social, que es muy difícil de reducir? Pues la operación de Euskaltel resuelve el problema.
Primeramente los accionistas de Euskaltel (Kutxabank, Trilantic, Investindustrial e Iberdrola) se repartirán unos 200 millones de dividendo extraordinario, al estilo de la asturiana Telecable en 2013 con la justificación de «dejar a la compañía con ratios de deuda similares a los de su sector». De ellos el 49% irá a Kutxabank, unos 100 millones de euros. Luego Kutxabank, en la salida a Bolsa, venderá un 20% de Euskaltel, lo que supone entre 220 y 280 millones (la valoración de la operadora está entre 1.100 y 1.400 millones). Sumando, serán entre 320 y 380 millones para Kutxabank. Como BBK tiene el 57% del banco, en el caso se repartir un dividendo extraordinario por el importe bruto de la operación, a BBK le corresponderían entre 180 y 215 millones, aproximadamente, o sea, prácticamente el fondo de reserva. En el caso de que BBK baje del 50%, como parece probable a medio plazo (salida a Bolsa, fusión, ampliación de capital, etc.), el fondo de reserva quedaría liberado para lo que la entidad vizcaína quisiera, aunque es posible que el BdE siguiera considerando a BBK como accionista de control y por ello requiriera su continuidad.
Para las otras dos cajas, el ingreso extra (105-115 millones para Kutxa, 35-40 para Vital) permitirá dar estabilidad a su obra social, cobrar unos intereses anuales que la financien y poder tirar de esa cantidad cuando algún año el beneficio de Kutxabank se resienta porque haga un esfuerzo extraodinario (alguna fusión, por ejemplo).
Hay que precisar que lógicamente no todo el ingreso de Kutxabank es plusvalía, pero ésta tiene que ser elevada puesto que cuando en 2012 entraron los fondos de inversión en Euskaltel la operadora fue valorada en 400 millones. En menos de tres años vale entre un 175% y un 250% más. Además habrá que ver cómo afecta al beneficio la operación de venta de activos inmobiliarios (Neinor) a Lone Star y las dotaciones que se doten o liberen. En todo caso, las cifras de dividendo son estimaciones pero lo importante es el concepto de dónde puede salir el fondo se reserva.