Eduardo Fierro (Kuvu): «Lo dejé todo para ser emprendedor»

El economista Eduardo Fierro (Corralejo, 1992) trabajaba como consultor de innovación y un buen día decidió dejarlo todo para convertirse en emprendedor. Primero se matriculó en Leinn, se vino a Bilbao y terminó montando una startup, Kuvu, con sus compañeros Jon Ander Fernández y Haize Trueba. Además, dirige el área de emprendimiento de Mondragon Unibertsitatea.

Esto es lo más interesante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • Fierro decidió estudiar antes de ser emprendedor para mejorar algunas carencias que tenía en gestión y trabajo con equipos. Tuvo que pedir un préstamo para poder venirse a Bilbao y, para ahorrarse el alojamiento, aceptó convivir con una persona mayor. De ahí surgió la idea de Kuvu. «Cuando conocí la carrera de Leinn, la vi como un sueño. Arrancamos la startup con el sueño de ayudar a personas mayores a mejorar su calidad de vida y a los jóvenes a encontrar alojamiento. Kuvu es una empresa de impacto social», explicó.
  • La idea del «homesharing» de Kuvu no es original. De hecho, las universidades ya habían desarrollado programas de este tipo anteriormente, aunque no habían conseguido mucha tracción. Para mejorarlo, Fierro y su equipo han introducido la remuneración de la persona mayor, un contrato más flexible en cuanto a contraprestaciones y un enfoque en anfitriones más jóvenes para los que el horizonte de la residencia es mucho más lejano. «Hemos absorbido el programa que ya tenía Deusto y ahora lo gestionamos nosotros. El joven, que generalmente es un estudiante de máster, ya no tiene la obligación de dedicar un tiempo a la persona mayor que le acoge, pero sí debe pagarle unos 290 euros al mes. Nos dirigimos fundamentalmente a gente que se ha quedado viuda o separada y a la que ayudamos a prevenir la soledad y a generarle unos ingresos extra», explicó.
  • Hay dos claves en el éxito de Kuvu: la selección de las «parejas huésped-anfitrión» y las fórmulas de captación. Para evitar errores, Fierro y su equipo han desarrollado tests y entrevistas de personalidad que analizan la compatibilidad entre la persona mayor y la joven y obligan a ambos a firmar un contrato que regula su convivencia. «El que va a acoger tiene un poco de miedo. Por eso hacemos un seguimiento, más intenso inicialmente. A raíz del coronavirus, todo esto lo hemos rediseñado para que se haga por teléfono y online. En lo que a adquisición se refiere, Facebook es uno de los principales canales. Las relaciones públicas en medios también nos ayudan mucho. Para captar inquilinos nos funcionan bien los portales como Idealista. El resultado es que suele haber más demanda que oferta. El mayor elige más», explicó.
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