Adolfo López de Munain, Jesús María Aizpurua y Pablo Ferrón (Miramoon Pharma): «Vamos a abrir una ronda para financiar nuestra investigación de moléculas para tratar enfermedades raras»

Jesús María Aizpurua y Adolfo López de Munain dieron forma a Miramoon Pharma, una startup que aspira a desarrollar nuevas moléculas patentadas para tratamiento de enfermedades raras. A ellos se les uniría después el químico Pablo Ferrón, que tenía cierta trayectoria emprendedora y que les ha ayudado a dar forma a una empresa que ahora se dispone a abrir una ronda para financiar sus actividades.

Esta es su historia:

  • Adolfo López de Munain (Vitoria, 1958) es neurólogo, dirige el área de neurociencias del Instituto Biodonostia y es director científico de un centro dependiente del Instituto Carlos III. Es él quien llamó a Jesús Maria Aizpurua (Usurbil, 1959), catedrático de Química Orgánica en la UPV, para que le ayudara a investigar en torno al metabolismo del calcio en la célula, un fenómeno presente en muchas enfermedades. «Empezamos a sondear la eficacia de unos compuestos químicos previamente sintetizados a partir de los cuales se pueden elaborar fármacos para tratar las enfermedades. Y la distrofia muscular fue lo que despertó un primer interés, aunque nos hemos ido centrando después en enfermedades neurodegenerativas sensoriales y en la retinosis pigmentaria. Lo que descubrimos es que los compuestos químicos con los que experimentamos realmente modificaban algunas de las alteraciones presentes en la enfermedad», explicaron.
  • Tras un primer éxito, López de Munain y Aizpurua se pusieron en contacto con Pablo Ferrón (Granada, 1977), un químico con experiencia anterior en la creación de startups tecnológicas en Euskadi. El es actualmente el coordinador de Miramoon Pharma. «En esta fase ya estábamos pensando que una empresa sería la forma más viable de dar continuidad a los descubrimientos, de acelerar el conocimiento. Queríamos ir más lejos que la mera publicación de trabajos para tratar de llegar hasta el paciente con medicamentos. Esto suponía diseñar un proyecto industrial que BIC Gipuzkoa valoró positivamente y que ha recibido algún premio. Hay que tener en cuenta que el proceso es muy largo y requiere ingentes inversiones. Hasta ahora nos hemos financiado con las aportaciones de los diez socios, ayudas públicas y un préstamo participativo. Ahora queremos abrir una ronda con fondos especializados en salud para captar 800.000 euros. Nos está ayudando Elkargi», explicaron.
  • Las ventajas de las moléculas que está patentando Miramoon Pharma son amplias. No obstante, su actividad entraña los riesgos habituales de la investigación biotecnológica: si los ensayos no tienen éxito, hay que volver a empezar. «Estamos trabajando en varias vías en paralelo para disipar riesgos. Pero las ventajas que aportamos respecto a la competencia son sustanciales y están patentadas: nuestras moléculas pueden llegar por gotas hasta la retina del ojo en lugar de mediante inyecciones intraoculares. Esto supone menores riesgos y un abaratamiento radical del tratamiento, especialmente si se compara con las terapias génicas. Por otra parte, el concepto del proyecto se ha basado desde el principio en un tipo de química que permite elaborar una gran variedad de moléculas similares de manera rápida. Además, por su baja toxicidad, podemos apuntar a múltiples dianas con una sola molécula», explicaron.

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