Unai Tapia (Probatia): «Utilizamos inteligencia artificial para acelerar el análisis de pruebas digitales»

Unai Tapia (Bilbao, 1980) es informático y trabajó varios años como consultor antes de montar su primera startup, CodeContract. Más recientemente ha creado Probatia, que emplea inteligencia artificial para acelerar el análisis científico de pruebas digitales.

Esta es su historia:

  • El trabajo como consultor no terminaba de convencer a alguien con tantas inquietudes. Así que Tapia no dudó a la hora de sumarse a un proyecto en el que buscaban un CTO, CodeContract. «Después de tantos años trabajando para otros, consideré que lo podía hacer para mí. El proyecto se gestó en Demium y ha sufrido muchos cambios para encontrar un modelo de negocio que funcione. Nos hemos centrado en la automatización de procesos administrativos que requieren el envío de papel a agentes diversos. con la ayuda de blockchain esto se puede hacer de forma muy sencilla. Quizás donde mejor posicionados estamos es en el de las atuneras, a las que aportamos trazabilidad inmutable y auditable.», explicó.
  • Tapia no se conformaba con CodeContract. Quería crear algo que fuera completamente suyo, por lo que a finales de 2022 puso en marcha Probatia Forensics junto con Alejandro Maestre. «En CodeContract había ido conformando un buen equipo técnico y me había convertido en un mero observador, por lo que necesitaba un nuevo reto. A mi socio, que es de Murcia, lo conocí porque es el único que había respondido cuando contacté con varias asociaciones sobre una inquietud que tenía desde hacía tiempo: cómo reducir los peligros a los que están expuestos los menores en las redes. Maestre, que es el secretario de la Asociación Española de Imagen Científica y Forense, era conocedor del colapso que sufre la justicia española a la hora de analizar pruebas digitales en los casos de pederastia y se ofreció para desarrollar herramientas que mejoren esta situación», explicó.
  • Probatia ha desarrollado herramientas que emplean la inteligencia artificial para acelerar el análisis de pruebas digitales. El resultado es un informe que indica si una imagen, vídeo o audio ha sido alterado en algún momento. «Tenemos un producto mínimo viable que ya está siendo probado. El usuario sube el contenido digital a una plataforma en la que se analiza de forma rápida si es el original o ha sido procesado. Generamos así un informe pericial que se puede presentar en un juzgado. A día de hoy esto todavía se hace a mano, de forma rústica, lo que explica el colapso existente. Lo analizamos casi todo y estamos trabajando también en la identificación automática del dispositivo que se utilizó para realizar el contenido digital. Estamos centrados en sacar el producto a nivel comercial y nos interesan especialmente los países de América Latina en los que hay mayor índice de criminalidad», explicó.
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