Unai Sordo vs. Antonio Garamendi: digitalización y uberización

Durante un curso de verano en Santander tuve ocasión de escuchar a un vasco que dirige la patronal española y a otro que comanda uno de los principales sindicatos. Me refiero a Antonio Garamendi y Unai Sordo, que curiosamente coincidieron en algunas cosas: ninguno de los dos se había preparado una presentación o power point, y ambos hablaron mucho de la importancia de la industria para la economía española y de digitalización.

Aunque su enfoque era completamente opuesto:

  • Sordo, que utiliza tablet, ve la irrupción de Internet y de la Industria 4.0 como una amenaza, en la medida en que está destruyendo empleo. Habló especialmente de los sectores bancario (95.000 empleos netos menos desde 2008) y automovilístico y de la «uberización», que él denomina «economía plataformizada» y que está sustituyendo relaciones laborales por otras mercantiles con poca protección.
  • Garamendi, que es más de papel, cree que la digitalización abre muchas oportunidades: «Se están perdiendo puestos y se ganan otros. La formación es clave para el reciclaje profesional». Eso sí, como él conoce mejor el sector medios/publicidad, criticó abiertamente a las plataformas tipo Facebook, que aplican publicidad programática y atentan contra privacidad.

En lo que sí coincidieron es en pedir al Estado que intervenga, tanto para incrementar el papel de la industria como para formar a los profesionales en nuevas tecnologías. Sordo, que vestía chaqueta de cuero, aludió también a la brecha digital que se está produciendo en la España rural, de donde están desapareciendo incluso oficinas bancarias.

Aunque Sordo reconoció que en todo el mundo actualmente hay más empleos que antes, su discurso es más pesimista que el de Garamendi. Así, mientras el presidente de la CEOE ve muy positivo que el número de empresas españolas que están en el exterior se haya triplicado en diez años (de 50.000 a 150.000), el secretario general de CC.OO. percibe esta internacionalización como una rebaja de derechos en favor de trabajadores peor protegidos.

Garamendi sí fue negativo a la hora de hablar de las pensiones, una patata caliente cuya solución exige un gobierno estable. «Se hace demagogia con este tema. A todos nos gustaría que los jubilados cobraran más, pero no hay dinero», explicó. Hay que reconocer, por cierto, que el actual presidente de la CEOE tiene una especial habilidad para, sonrisa al canto, lidiar con cualquier pregunta política.

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