Tendencias tecnológicas para 2023: la inteligencia artificial generativa

Acabo de llegar de DLD, el mejor evento europeo para conocer qué se está cociendo en el mundo tecnológico, y hay una palabra que ha flotado en el ambiente de manera constante: ChatGPT. Esta herramienta de inteligencia artificial generativa es tan potente que ha despertado todo tipo de ilusiones entre los emprendedores.

Pero hay alguna tendencia más:

  • Los aerotaxis tienen poco futuro para el transporte de personas, porque el ruido que emiten es demasiado molesto. Sin embargo, aunque denominados a secas «drones», son los protagonistas de la guerra de Ucrania y van a destacar en muchas actividades ahora inimaginables. Ya no son juguetes sino «ordenadores que vuelan».
  • El multiverso no funciona. Lo usa muy poca gente y su estrambótica apuesta ha hundido a Facebook en bolsa. Además, se hicieron constantes referencias a cómo algunas de las promesas de la pandemia, como los viajes o los eventos virtuales, se han evaporado en cuanto hemos vuelto a la normalidad.
  • Las tecnologías cuánticas (quantum) siguen siendo una eterna promesa. Es cierto que tienen mucho potencial para el análisis de moléculas de uso farmacéutico, pero técnicamente estamos muy lejos de tener equipos informáticas que sean capaces de realizar esta labor con la velocidad adecuada.
  • Estamos a ocho años de tener las primeras plantas de generación eléctrica con fusión, una tecnología que reducirá sustancialmente el coste de producir energía. Asi lo indicó la startup Marvel Fusion, que trabaja con ese horizonte temporal.
  • Mientras llega la fusión, nos vamos a tener que contentar con el hidrógeno, aunque nos falta aún algún tiempo para rebajar su coste de producción a la mitad para convertirlo en una alternativa real. BMW, que jugaba en casa, apostó también por el hidrógeno para sustituir a la gasolina en los coches. Su gran ventaja: su producción no va a estar limitada por materias primas escasas como ocurre con las baterías.
  • En el mundo del spacetech van a surgir oportunidades para controlar el excesivo número de satélites que hay en el espacio. El riesgo de accidentes entre ellos empieza a ser muy alto, lo que exige control y regulación.
  • Se extiende una sensación muy amplia de que ya no queda mucho por inventar en torno a las TICs. A muchos emprendedores y sobre todo inversores se les nota más interesados ahora por las terapias génicas, que ofrecen unas oportunidades enormes de progreso tecnológico.

La inteligencia artificial generativa se merece un capítulo aparte. El profesor Scott Galloway ofreció un espectacular dato que ilustra lo que está ocurriendo: el chatbot de OpenAI, ChatGPT, ha tardado cinco días en alcanzar un millón de usuarios, frente a los diez meses que le costó a Facebook llegar a ese nivel. Estas son algunas de las oportunidades que este tipo de herramientas generan para los emprendedores:

  • Creación de contenido para marketing online y para periodismo de SEO. De esto es quizas de lo que más se habla. De hecho, ya hay startups como Jasper o CopyAI que han levantado rondas de 125 y 11 millones de dólares respectivamente.
  • Filtrado del contenido. La facilidad con la que se va a poder generar contenido nuevo, al reducirse su coste a 0, va a generar un exceso de información. Esto genera enormes oportunidades para el que sea capaz de poner orden y detectar errores, incluso cuando son voluntarios (manipulaciones de la opinión pública).
  • Selección de personal. La calidad de las ofertas de trabajo que redacta ChatGPT es espectacular y no falta mucho para que alguien lo una con el propio filtrado de los candidatos. En muchas empresas va a sobrar gente en los departamentos de recursos humanos.
  • Programación. Fueron varios los ingenieros de software que me contaron que ya están utilizando ChatGPT para elaborar su código informático o, cuando menos, para depurar el que han producido.
  • Generación de arte y vídeo. De esto se habla mucho, por la enorme capacidad que tiene ChatGPT para suplantar el estilo de un escritor o artista. Evidentemente, aquí hay menos oportunidades de negocio.
  • Búsquedas online. Se habló varias veces de la posibilidad de que las herramientas de inteligencia artificial generativa supongan una creciente competencia para Google, que en cualquier caso también ha invertido mucho en este campo. Fue muy aplaudida la charla de Richard Socher, de You.com, una de las alternativas basadas en inteligencia artificial generativa.
  • Educación. Más de un profesor me ha hecho llegar su preocupación por que los alumnos prefieran universidades de inteligencia artificial generativa a las convencionales. De hecho, ya hay startups en este campo como TeachFX o Prof Jim, aunque por el momento son más complementos que sustitutivos.
  • Mejora de las intranets. Aquí hay quizás mucho terreno para integradores que quieran aplicar ChatGPT a las necesidades internas de las organizaciones, tanto en el análisis de su documentación como de los flujos de trabajo.
  • Derecho. Un abogado mencionó lo fácil que resulta para herramientas como ChatGPT analizar sentencias para redactar demandas que las citen e incluso para adaptarse al estilo de un determinado juez.
  • Biología. ChatGPT quizás no esté muy adaptado para esta función, pero hay ya muchas startups desarrollando herramientas de inteligencia artificial que analizan los riesgos y ventajas de moléculas para elaborar fármacos y realizan otros tipos de estudios médicos. Ahí se sitúan Atropos Health, Syntegra y, sobre todo, InstaDeep, que acaba de ser comprada por Biontech, la firma alemana que desarrolló la vacuna de Pfizer contra el covid.

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