Hablábamos recientemente del chollo que supone tener una concesión pública, en cuanto permite facturar unos ingresos fijos (los usuarios no pueden elegir a otro proveedor) sin arriesgar práctivamente
Poca gente sabe que el Puente Colgante de Bizkaia no es una propiedad privada sino una concesión administrativa de la Autoridad Portuaria de Bilbao, que es el verdadero dueño