Stop Basquewashing!

Hace unos días la Asociación de Cerveceros de Euskadi desplegaba una campaña contra lo que han denominado «Basquewashing». Es decir, para desenmascarar a las marcas de cerveza que dicen ser vascas pero que en realidad están fabricadas en otros lugares.


Se refieren claramente a Damm, propietario de Keler y Oro, que se venden como bebidas originarias de Donostia y Bilbao. Y es cierto que ambas marcas nacieron en estas ciudades pero hoy en día se embotellan en Cataluña, donde está la sede de su propietario.

También podría entrar en esta misma calificación La Salve, ya que solo una parte pequeña de la producción se realiza en Bilbao. El resto se elabora en Madrid, donde está la sede de su principal accionista, Mahou-San Miguel.

No se trata, en cualquier caso, del único caso de Basquewashing. Veamos otros:

  • Guuk. Aunque se vende como 100% vasco, este operador de telecomunicaciones se gestiona íntegramente en Madrid, donde está la sede de su propietario, Másmóvil. En Euskadi se genera alguna campaña de publicidad y poco más. Con Euskaltel está sucediendo poco a poco lo mismo.
  • Euskasol. Esta marca de aperitivos y bollería se vende como vasca pero no deja de ser una enseña más de la compañía valenciana Dulcesol, actualmente conocida como Vicky Foods. Todas sus plantas están en la Comunidad Valenciana y en Argelia, así que es evidente que no produce nada en Euskadi. Lo que sí ha hecho Dulcesol es crear una sociedad con sede en Larrabetzu para gestionar de forma separada su negocio vasco.
  • Aupa. Marca de pipas que se vende como vasca y tiene su web con los colores de la ikurriña y hasta un lauburu. Sin embargo, los productos se elaboran en Granada, donde está su propietario, Tostaderos Sol de Alba.
  • Elgorriaga. Los célebres chocolates de Irun, que teóricamente datan de 1770, hace años que se fabrican en Avila. Por cierto, su huida tuvo mucho que ver con la presión de ETA a los propietarios de la empresa. En cualquier caso, hace ya años que no presumen de vascos.
  • Loreak Mendian y Skunkfunk (ahora SKFK). Hay unas cuantas marcas de productos textiles que presumen de vascas pero que todo indica que, en gran medida, importan desde Asia. De hecho, la empresa matriz de la primera se llama «Import Arrasate». En cualquier caso, el diseño sí que es hecho en Euskadi.
  • Euskal Herria Esnea y Bizkaia Esnea. Son marcas de leche que se venden como vascas, porque teóricamente detrás hay ganaderos locales, aunque su origen no está 100% garantizado. Como respuesta, Kaiku lanzó su propia leche con Eusko Label, Gurea.
  • Vostok. Esta startup vasca que fabrica motos eléctricas se daba a conocer inicialmente como empresa local aunque el año pasado ya reconoció traer el producto desde China.
  • BH. Aunque la antigua Beistegui Hermanos sigue presumiendo de haber nacido hace 100 años en Eibar, lo cierto es que sus productos hace ya mucho tiempo que se montan en Portugal. Además, gran parte de los componentes proceden de Asia, un problema que también padece Orbea, que cuando menos mantiene factoría en Euskadi.
  • Alzola. Esta empresa guipuzcoana ha apostado por poner en todas sus botellas el claim «Basque water», dando a entender que su agua es la única de Euskadi. Es cierto que el manantial está en Elgoibar, pero es un tanto aventurado concluir que por eso es más vasca que las demás. Por si fuera poco, el márketing que practican sus responsables es tan agresivo que suele descalificar el agua del grifo por, en palabras de su CEO, venir de «pantanos perfectamente contaminados».

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