Sobre las subvenciones del Gobierno Vasco a (algunos) medios vascos

Ha pasado relativamente desapercibido el programa del Gobierno Vasco de subvenciones a medios de comunicación afectados por la crisis del covid-19 por importe de 5 millones de euros. Además de la probable ilegalidad de un plan de este tipo absolutamente discrecional en cuanto a los receptores, es muy grave la pérdida de independencia que implica por parte de los periódicos y radios respaldados.

Este es mi análisis del programa y de su significado a medio y largo plazo:

  • Solo afecta a medios analógicos, radios y periódicos de papel, lo que da una idea de la mentalidad anti-digital y obsoleta de los responsables políticos que han diseñado este programa.
  • No incluye a las televisiones. Ni falta que hace, dado que solo EITB ya recibirá 166 millones en 2022 de forma directa, al margen de todo lo que se le entrega desde las administraciones públicas en forma de publicidad institucional.
  • Supone un premio a los medios ya establecidos y por tanto un castigo para cualquiera que quiera emprender en este sector. Por ello, se puede decir sin ambages que daña al emprendimiento en Euskadi. Un país en el que se premia a las empresas tradicionales en contra de las de nueva creación no es el mejor ecosistema para las startups.
  • Algunos de los medios que van a recibir estas ayudas ya han sido beneficiarios de otras en forma de préstamo también relacionadas con la crisis del covid-19. Es el caso de todo el Grupo Noticias y Onda Vasca. Estos días se ha sabido que los problemas de este holding han llevado a uno de sus medios a no pagar las últimas nóminas de sus empleados, lo que da una idea de a dónde van a ir las ayudas. Para rescatar empresas, si es que se consideran «estratégicas», ya existen otros instrumentos.
  • El principal riesgo de este tipo de ayudas es el servilismo que generan en los receptores. Y especialmente para la Cadena SER y Vocento, que se llevarán respectivamente más de medio millón y 2,5 millones de euros. Si ya era difícil leer o escuchar algo crítico en estos medios, imagínate a partir de ahora. El presupuesto de estos periódicos y radios está tan atado al erario público que supone una enorme mordaza sobre los periodistas que trabajan en ellos. Y lo que no parece tener nadie claro en este país es el riesgo que esto supone para la democracia, que necesita información objetiva y de calidad.
  • ¿Necesitan ayudas públicas los medios para sobrevivir en un mundo en el que compiten con otros soportes publicitarios que les roban gran parte de la audiencia? Ese es el problema y no el covid-19. Unas ayudas parciales y discrecionales como éstas no solucionan este asunto sino que lo complican aún más. Lo que hay que plantear de una vez es cómo respaldar el trabajo periodístico de manera estable, independiente y objetiva.

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