Skype y la internacionalización de las empresas
|El alto nivel de internacionalización que están alcanzando las empresas está muy íntimamente relacionado con el desarrollo tecnológico de las últimas dos décadas. Internet ha unido más el mundo, especialmente de la mano de dos herramientas que hoy son de uso habitual en las empresas que operan con otros países: el e-mail y Skype.
El primero supuso una auténtica revolución en los noventa, como medio para facilitar contactos inmediatos con clientes, proveedores e incluso compañeros. De ahí que muchos trabajadores se pasen hoy horas y horas enganchados a su correo electrónico, lo que en algunos casos empieza incluso a ser problemático.
Para solucionar este inconveniente, en los últimos años se han empezado a popularizar las herramientas colaborativas que permiten compartir pantalla vía Internet. Empezando por Google Docs y terminando por Salesforce, que facilita la vida de los comerciales al poner en común todos sus contactos e interacciones con clientes.
Por no hablar de las redes sociales corporativas tipo Yammer, que permiten a gentes situadas en los dos extremos del mundo compartir una especie de máquina de café virtual. Internacionalización en estado puro, como bien supo ver Microsoft cuando se hizo con esta herramienta hace un par de años.
Otro software que ha pasado a engrosar el patrimonio del gigante de Redmond es Skype, que nació en Europa con una tecnología exclusiva para comunicar unos ordenadores con otros para que sus usuarios puedan hablar e incluso verse. Todavía hoy, para desgracia de los operadores de telefonía, es una de las herramientas estrellas de toda empresa que trabaja con otros países.
Sobre todo para las pymes, ya que las más grandes suelen recurrir a programas más sofisticados pero también más seguros, como Citrix, hoy en día propiedad de Cisco. Y si WhatsApp tuviera un uso profesional decente, estoy convencido de que Microsoft lo compraría.