Saltan los plomos en el sistema de precios de la electricidad

El sistema de precios de la electricidad está mostrando sus vergüenzas en estas semanas, con picos récord de 100 euros el MWh. Si bien han coincidido diversas circunstancias adversas (mucho frío, poco viento, sol y agua, varias centrales nucleares francesas paradas, alto precio del gas) todo parte de la base de un sistema un tanto absurdo y que es muy volátil.

La oferta y la demanda se casan en una subasta («pool») en las que las generadoras de electricidad ofertan un precio para cada hora hasta que se cubre la demanda estimada para el día siguiente. El sistema de precios es marginalista: esto significa que el último precio de la subasta es el que marca la retribución para todos, aunque su «combustible» sea gratis, como el agua de las centrales hidroeléctricas, por ejemplo. Además hay preferencias a la hora de entrar: las nucleares van primero porque no se pueden parar y luego las renovables por decisión política al ser una fuente limpia y nacional. Esto hace que en algunas ocasiones de poca demanda (noches y festivos) unida a mucho viento y agua el precio del pool incluso haya sido cero euros, ya que las renovables cobran aparte unas primas específicas a la producción. En esas horas las nucleares han estando suministrando energía perdiendo dinero. Pero lo que ocurre ahora es que quien marca el precio es el gas, que además está caro.

Se ha abierto una investigación, pero soy escéptico respecto a sus resultados. Si algo llegara a demostrarse (para lo que hay que ser bastante chapucero), la sanción llegaría dentro de mucho tiempo y sería equivalente al beneficio obtenido, como en el caso de Iberdrola en 2013, y eso si no la anulan los tribunales, como ha pasado con 7 de las 10 mayores multas. También se han anunciado medidas para el mercado de gas, pero sus efectos no serán inmediatos.

¿Qué se puede hacer para abaratar el precio de la electricidad?

  • Sacar a las nucleares e hidroeléctricas del sistema marginalista. Esas tecnologías no tienen apenas costes variables, por lo que no tiene sentido que su margen sea tan volátil. Entrarían a subasta, pero recibirían el precio al que oferten, que debiera estar sujeto a unos límites de rentabilidad (la reforma de las primas a las renovables introdujo ese concepto de «límite a la rentabilidad» para evitar excesivo beneficio).
  • Obligar a las hidroeléctricas a desembalsar agua produciendo electricidad reduciendo provisionalmente las reservas obligatorias. Las presas son el la actualidad el único sistema de almacenamiento de energía barata en la actualidad. A medio plazo habría que revisar el estado de las concesiones de presas para ver si su rescate o modificación es viable. No estoy apostando específicamente por crear una eléctrica pública para gestionarlas, pero se podría modificar las condiciones de uso para que en casos como el actual la administración pudiera intervenir.
  • Utilizar la reserva estratégica de gas. Todos los países tienen unas reservas estratégicas de hidrocarburos (productos petrolíferos, GLP, gas natural). En España España para el gas la reserva es de 20 días de consumo nacional. En situaciones como éstas se podría reducir provisionalmente a 15 días para que entre en el sistema ese gas almacenado que fue comprado a precio más bajo.

Hay una pista muy clara sobre si es sistema eléctrico es «demasiado rentable» o no: en el último año y medio se ha producido una lluvia de compraventas en el sector energético español, con más de 10.000 millones sólo en renovables (con activos que han cambiado de manos más de una vez, como es el caso del grupo solar Vela Energy) o 3.800 millones por el 20% de Gas Natural. Es cierto que muchas de las compras han sido debidas a que se ha despejado la inseguridad jurídica sobre la retribución de las renovables. La paralización del sector, unida a la reforma de las primas a su generación, dejó quebrados muchos proyectos altamente endeudados y la ocasión fue aprovechada por fondos arriesgados, que ahora hacen caja. En estos meses fondos y empresas más conservadoras entran interesados en negocios estables y rentables… ¿demasiado rentables?

Fotografía: El periódico de la energía

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