«Que el Siervo de Dios nos ayude a todos, especialmente a Mondragón»

Me han sorprendido, por su dureza, las reflexiones de la Diócesis de San Sebastián sobre la crisis de Fagor. Pero admito estar 100% de acuerdo con la opinión de la Iglesia: el modelo cooperativista es plenamente compatible con los principios y valores cristianos («el esfuerzo, el sacrificio, el pensar en los demás, el pensar en ganar para que otros estén mejor, el repartir beneficios entre los trabajadores más desfavorecidos») y, en el caso del fabricante de electrodomésticos, se ha prostituido para beneficiar a ciertas personas (los cooperativistas y sus familiares).

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