Prohibiciones y un mercado tímido acaban con el boom del cigarrillo electrónico
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Creo que no ha habido ningún negocio cuya moda haya sido tan efímera como la del cigarrillo electrónico. Una suma de mercado todavía incrédulo, una apuesta excesiva de muchos emprendedores y franquicias y una regulación restrictiva han dado la puntilla al sector del vapeo, que en pocos meses ha pasado de registrar aperturas a cierres constantes.
Y todo ello tiene mucho que ver con una cierta mala reputación que rodea por el momento a los cigarrillos electrónicos, fundamentalmente por razones sanitarias. Y es que la Organización Mundial de la Salud ha recomendado prudencia respecto al vapeo, ante la ausencia de análisis científicos que permitan confirmar que no implica riesgos.
Siguiendo este consejo y uno similar del Ministerio de Sanidad, algunos gobiernos, como el vasco o el catalán, se han lanzado a prohibir el uso de cigarrillos electrónicos en centros docentes y públicos y en medios de transporte. Los empresarios del sector alegan que el vapeo es una medida eficaz para eliminar la dependencia del tabaco, cuya nocividad sí que está probada, y que por tanto debería ser más promovido que restringido.
En cualquier caso, es curiosa la velocidad con la que la Administración ha tomado esta medida restrictiva, si se compara con lo que se ha tardado en prohibir fumar en bares y restaurantes, donde nadie ha movido un dedo hasta que Bruselas lo ha impuesto. El sector del vapeo acusa a las farmacias de estar detrás de estas regulaciones, lo cual tampoco me sorprendería.
Pero hay que reconocer que en la mayoría de los países del mundo se ha regulado restrictivamente e incluso se han prohibido en Argentina, México, Brasil o Singapur. En Francia se vende en los mismos establecimientos que el tabaco y en Austria, Alemania, Reino Unido o Suecia solo se pueden expender en farmacias, como los parches de nicotina. En Nueva York su uso está prohibido en cualquier lugar público.
A su favor, además del uso terapéutico, destaca el precio, ya que se trata de artilugios sencillos que duran entre una semana y diez días sin necesidad de recarga. Lo único que incorporan es una batería recargable y un depósito con un aroma basado en nicotina, a gusto del consumidor, y en un aceite extraído del plátano o el coco, que es lo que se inhala una vez calentado con ayuda de un sensor que inyecta gotitas del líquido en el aire que fluye y activa una luz de color que simula al fuego del tabaco. El kit normal de vapeo cuesta unos 50 euros e incluye cartuchos para varias semanas, teniendo en cuenta que cada uno da para entre 40 y 400 caladas.
Su historia es ya larga. El invento, atribuido a un tal Herbert A. Gilbert, data de 1963, aunque no tuvo éxito comercialmente. Pero el primero que incluyó nicotina fue el chino norteamericano Hon Lik, cuya patente data de 2003 y que le ha generado ingresos sustanciales a través de la sociedad Ruyan. Para complicar más las cosas, otro chino afincado en España, Yi Hu Wang Ji, es propietario del diseño industrial de la mayor parte de los actuales cigarrillos electrónicos.
Sea como fuere, las principales empresas que venden cigarrillos electrónicos en España son actualmente las valencianas Essenz y Smoke Shop y las italianas Puff y Smoke Quality. Podemos clasificarlas de la siguiente manera:
1. Empresas que solo venden online:
– Vapo (madrileña)
– Smoffy (madrileña)
– Vital Cigar (sevillana)
2. Franquicias de origen extranjero:
– Smoke Quality (italiana), con 50 puntos de venta por toda España
– Puff (italiana), cuenta con unos 50 puntos de venta en España
– Smooke (italiana), con 18 tiendas en España
– Smookiss (italiana), que tiene cuatro tiendas en España
– Sm’art (italiana), que tiene siete tiendas en España
– Zero (italiana), con tres tiendas en Madrid y Asturias
– Fuum (italiana), con siete tiendas en Madrid y Barcelona
– Vapeoo (italiana), que aseguraba hace unos meses tener 15 tiendas, aunque sus dominios de Internet ya no funcionan, de donde se deduce que muy bien no le va.
3. Franquicias de origen español:
– Essenz, firma valenciana con más de un centenar de puntos de venta en España, todas ellas abiertas a lo largo de 2013. Pertenece a Ernesto Llosá.
– SmokeShop, firma valenciana con cerca de 50 tiendas distribuidas por el Mediterráneo. Pertenece al búlgaro Hristo Antonov Damyanov.
– Store Steam, firma con sede en Vigo que tiene actualmente 15 tiendas.
– Larome, firma integrada en el grupo francés Avenir Telecom con sede en Bilbao, tiene 22 establecimientos
– CigarrosElectronicos.com, con presencia en Barcelona
– Vulcano Stores (propiedad del madrileño José Javier Aguado), con cuatro tiendas en Madrid, Castilla-León y Aragón
4. Fabricantes que distribuyen en estancos y otros comercios
– Njoy, de origen norteamericano y que ha llegado a hacer publicidad en televisión en España
– Blu, también de origen norteamericano
– V2Cigs, también de origen norteamericano
– Vapor Couture, diseñados específicamente para mujeres
Ranking de franquicias:
Anuncio de Njoy:

Esto de los cigarrillos electronicos yo creo que va mas en la linea de que no interesaba a las grandes y potentes tabacaleras, y no hay que darle demasiadas vueltas.
Atacar al vapeo porque igual es algo perjudicial tiene gracia, a este paso va a resultar que el tabaco es bueno.
En realidad eso es lo que quieren, que la gente siga fumando, las tabacaleras sigan ingresando pasta y el gobierno siga ingresando su parte en un porcentaje muy alto de impuestos (y lo que esta por venir).
Desde hace 30 años las administraciones públicas de todo el mundo se encuentran embarcadas en una guerra contra el tabaquismo para evitar las tremendas pérdidas económicas causadas por aquel. No es que la muerte prematura por cánceres de pulmón se haya llevado por delante a millones de trabajadores y contribuyentes. El gasto médico en el tratamiento del cáncer es astronómico, y no se ve ni de lejos compensado por los ingresos de los impuestos del tabaco. Para lograr su objetivo, la administración ha desplegado infinidad de medios: campañas publicitarias, nuevas leyes, reglamentos restrictivos, documentales de TV, charlas en las escuelas, prohibición de fumar no ya en cines sino en las películas y los mismos platós de cine, etc.
La razón de esta animosidad del poder público hacia el cigarrillo electrónico tiene que ver muy de cerca con estos factores políticos y económicos. No está claro que el vapeo ayude a dejar de fumar. Al menos la administración no confía en su eficacia. Más bien teme lo contrario: que el fumador, en lugar de atacar su problema con estoicismo, se refugie en una especie de estación de tránsito desde la cual la opción de regresar al vicio le pudiera parecer al final más atractiva que la de un abandono gradual. En otras palabras, el cigarrillo electrónico es un estorbo: introduce un factor de incertidumbre en una estrategia represiva de la cual los gobiernos están seguros que más pronto o más tarde habrá de tener éxito.
Por consiguiente las empresas de vapping están de sobra. Se benefician de una oportunidad de negocio generada por la política estatal sin contribuir a los fines del poder público. Y como, a diferencia de puros, cigarrillos y otros consumibles, a este producto no se le pueden poner impuestos de los cuales extraer recursos que ayuden a sufragar los costes de la lucha contra el tabaquismo, incrementando asi los costes de la administración, el resultado es la marginación social del negocio.
Se trata por tanto no de una cuestión ideológica, sino de economía básica, similar a la de la relativamente escasa eficacia de la lucha contra el fraude fiscal: de poco sirve invertir un euro en inspecciones adicionales cuando como resultado de las mismas se haya de recuperar menos de esa cantidad. A veces se olvida que la administración funciona también como un agente económico. Muchas de sus decisiones, sobre todo cuando se plantean a largo plazo, están motivadas por algo tan simple como el hecho de que los ingresos no deben verse superados por los gastos.
Se que llego tarde a este debate, pero creo que puedo aportar algunos datos.
La tanda de prohibiciones que se avecinan para el consumo en público sobre los cigarrillos electrónicos tiene dos motivaciones, la lucha contra el tabaco y la pérdida de ingresos. Yo me inclino en que la rapidez en prohibir tiene que ver con la cuestión de la fiscalidad de forma manifiesta (el cigarrillo electrónico da menos impuestos).
En España en 2013 los impuestos relacionados con el Tabaco proporcionaron unos ingresos de 9.120 millones (7.109 millones por Impuesto de Labores del Tabaco; y 2.010 millones por IVA sobre el tabaco, más o menos una proporción de 80%-20%) http://bit.ly/1qsr2dJ. Si miramos la recaudación vasca en 2013 se recaudaron por Labores del Tabaco 335,613 millones http://bit.ly/1hC5JB4, a lo que hay que sumar el ajuste vía Cupo por este concepto en el que nos toca ingresar a los vascos (vía transferencia desde Madrid) la cifra de 137,60 millones (Libro Amarillo PGE 2013, Pág 243). Por tanto tenemos una suma de 473,21 millones de impuestos ingresados en Euskadi por el Impuesto de Labores del Tabaco. Si a esta cifra le sumamos un cálculo con el IVA similar al español (que no encuentro cómo desglosar) y tomamos la relación anterior 80%-20%, nos encontraríamos con que en Euskadi por Impuestos sobre el Tabaco (Labores del Tabaco + IVA) se ingresan unos 591,51 millones al año.
Si se cogen los Presupuestos del Gobierno vasco para 2014 (la comparación con 2013 no la realizo porque hubo prórroga) el gasto para todo el Departamento de Salud es de 3.351 millones, en el que el Servicio Vasco de Salud Osakidetza se lleva la mayor parte con 2.500 millones; otra gran partida es Farmacia con 500 millones. No podemos olvidar que el mayor coste de la administración es el pago de salarios. Aunque el índice de enfermedades relacionadas con el tabaquismo es alto, estamos diciendo los impuestos del tabaco financian el 23% de todo el gasto de Osakidetza o el 100% del gasto en Farmacia. Los datos de la directora de Salud Pública y Adicciones del Gobierno vasco, Miren Dorronsoro, ante el Parlamento vasco (recogido por Deia http://bit.ly/1htTzA8) el 25,7% de la población es fumador habitual y un 5,4% es ocasional.
Sigo pensando que mirando todos estos datos, con el cigarrillo electrónico lo que realmente temen es que bajen los ingresos fiscales y si bajan, claro que atender a los fumadores sería muy ruinoso para todos. Pero creo que a día de hoy el fumador casi se autofinancia su tratamiento sanitario. Aclarar que no todos los cánceres (que hay muchos tipos) están relacionados con el tabaco.
Nota: No defiendo el tabaco, lamentablemente lo padezco como adicción –que espero dejar algún día, llevo varios intentos fallidos-, pero tampoco me gusta que se enmascare con motivos de Salud Pública el interés y urgencia de mantener ingresos recaudatorios.
Evidentemente no todos los cánceres están relacionados con el tabaco. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta qué casos de cáncer de pulmón lo están. Lo único que se conoce es que existe una relación estadística entre el consumo de tabaco y la mayor incidencia de cánceres de pulmón. Es lógico, ya que el humo de los cigarrillos contiene infinidad de elementos químicos de tipo cancerígeno -alquitranes, brea, compuestos orgánicos del benceno, etc.-. Basta mirar cómo ha descendido la cifra de casos desde que los gobiernos comenzaron a ponerse duros con el tabaco hace ya 30 años.
Los cánceres habituales -sólidos y líquidos- son hoy por hoy inevitables. Se trata de una cifra resultante de factores estadísticos cuyas causas no se conocen bien. El tratamiento de todas estas enfermedades supone costes astronómicos (investigación en fármacos, escáneres, instalaciones especiales, formación de cirujanos, etc.) No hablamos de una cifra similar a la de otras partidas presupuestarias, sino de cantidades astronómicas que además han de verse complementadas con la detracción de recursos científicos necesarios escasos y necesarios en otras ramas de la economía. Dudo mucho que lo recaudado por los impuestos sirva para cubrir el coste. En este sentido debemos admitir que la actuación de los poderes públicos está justificada.
A largo plazo y desde el punto de vista de la administración la única estrategia contra el tabaco es la represiva, y no otras basadas en proporcionar sucedáneos. Los gobiernos son asi de tajantes: si no puedes ayudarnos en la lucha tampoco tienes derecho a lucrarte. Asi que protegen su bolsillo y canean a base de bien a los que intentan mear fuera del tiesto. Con l,os cinturones de seguridad en los coches pasó lo mismo. Obviamente resultaba una intromisión muy fuerte en la libertad del conductor, pero como nadie tenía la menor intención de hacerse cargo de los gastos médicos derivados de las lesiones por no llevarlos puestos, al final las aseguradoras y el Gran Hermano lo resolvieron por decreto y no hubo más tu tía.
No se, la verdad es que yo también creo que esto ha sido un boom y en breve se va a acabar, más aún si lo prohiben Aquí os dejo este link .
por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Patxiku
Desde luego que los gobiernos han contribuido a que desaparezcan las tiendas de cigarrillos electrónicos metiendo miedo a la gente, para luego hacer que el negocio se mueva entre estancos y farmacias. Pero de todas formas ahora el mercado está igual que antes del boom, hay mucha gente que es asidua al cigarrillo electrónico y ha conseguido dejar a un lado el tabaco.
Yo creo que es un gran adelanto, a mi me ayudo mucho el cigarro electronico, para dejar de fumar yo segui al pie de la letra esta guia que es encuentra en este blog http://cigarroselectronicoselite.com/
El cigarrillo electronico es la mejor opcion de seguir disfrutando de un habito que tienen miles de personas, sin perjudicar la salud ya que gracias al vapeo podrás dejar de fumar.
No se de estas cosas ni me interesa, pero uso cigarro electronico desde hace año y medio y no he vuelto a probar el tabaco, sigo comprando por internet mis liquidos y demás componentes sin ningun problema legal de los que se hablan, y despues de leer los comentarios a mi me da igual si fue un boom, si es de marginados, de que cierren tiendas fisicas o que no se vea nadie, me da absolutamente igual, lo unico que me importa es que lo puedo seguir comprandolo sin problema, que es barato, que me encuentro mucho mejor, y respiro mejor. Saludos.
Estoy de acuerdo en que es del interés de las grandes tabacaleras el sencillamente sacarse de en medio una industria que promete dar solución a la epidemia del tabaquismo. Si os fijáis, ninguno de los estudios que hablan de los perjuicios de los vapers son conclusivos. En lo personal, he encontrado muy buen asesoramiento, consejos y productos en https://www.vapori.es/ , espero que también os sirva de ayuda.