Pedro Prieto (Be Food Lab): «Nos contratan para encontrar los ingredientes adecuados»

Pedro Prieto (Segovia, 1981) tiene diversos estudios relacionados con la alimentación, la salud y la nutrición y ha trabajado varios años por cuenta ajena en innovación en ese ámbito, la última etapa entre Perú y Chile. Desde 2018 impulsa Be Food Lab en Euskadi, una startup que realiza consultoría e investigación sobre el uso de ingredientes naturales para alimentarse de forma saludable.

Esto es lo más relevante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • Prieto conoció a sus actuales socios, la familia vasca Caballero, en un congreso sobre legumbres. Ellos buscaban proyectos en los que invertir y Prieto tenía algunas ideas que les atrajeron. «En 2018 dimos el paso de casarnos. Montamos una empresa que se quiere diferenciar por el valor que aporta en la tecnología alimentaria. Estamos muy centrados en los ingredientes saludables para buscar edulcorantes, colorantes o bebidas funcionales. También hacemos análisis sensoriales de productos o buscamos nuevos usos para los desperdicios. Tanto por encargo como de forma directa», explicó.
  • Los tres científicos de Be Food Lab, formalmente registrada como Nuevos Conocimientos y Desarrollos Técnicos para la Alimentación, se dedican también a la investigación. Entre los proyectos en los que participan destaca uno para valorizar los residuos y otro para prevenir el deterioro cognitivo. «Desde 2019 formamos parte de un consorcio dirigido por DomusVI, una empresa de residencias de ancianos, en el que nosotros nos ocupamos de una pequeña parte. En concreto, de la búsqueda de ingredientes naturales que puedan ayudar a frenar el deterioro cognitivo de los pacientes y que tratamos de formular. Hemos creado una crema de verduras e infusiones», explicó.
  • Prieto dedicó una parte de la entrevista a describir las principales tendencias del sector en el que trabaja. Por una parte, las relacionadas con la salud y, por otra, las que tienen que ver con nuevas fórmulas para poder alimentar a la población mundial con la menor afectación posible al medio ambiente. «Hay una tendencia hacia el uso de menos aditivos y conservantes, al mismo tiempo que se tiende hacia la reducción de residuos. Se usarán cada día más tecnologías emergentes limpias. Por otra parte, el crecimiento de la población impide tener suficiente base proteíca animal por lo que están surgiendo el cultivo celular, los hongos o las legumbres como productos sustitutivos de la carne. En cualquier caso, en cinco años va a haber un cambio de paradigma en el consumidor y vamos a disponer de más opciones que el chuletón», explicó.

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