Ojalá todos los políticos fueran tan sinceros como el responsable de Lanbide
|Al viceconsejero de Empleo del Gobierno Vasco, José Andrés Blasco, le ha caído un aluvión de críticas por reconocer que «ni a sus hijos se les ocurre buscar trabajo en Lanbide». Lo que ha dicho es una evidencia que nadie discute, pero parece que en la política vasca se penaliza la sinceridad y sigue imperando una especie de «ley del silencio» que obliga a las instituciones y a los que las rigen a no admitir errores.