Oier Peñagaricano (Alerion): «Yo solo había estudiado ingeniería y he tenido que ir descubriendo todo lo demás que implica emprender»

Oier Peñagaricano (Donostia, 1983) estudió ingeniería aeronáutica en EE.UU. y de vuelta en casa ha creado la startup de drones Alerion, especializada en inspección de infraestructuras. No le ha resultado sencillo emprender, ya que ha tenido que aprender desde cero todo lo que implica llevar un proyecto adelante.

Esto es lo más interesante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • Peñagaricano no estaba especialmente interesado por los drones en un principio. Fue en la Universidad de Colorado, donde investigaba en torno a satélites y misiones espaciales, donde conoció a los promotores de una startup de drones, Black Swift. «Me impliqué en el proyecto como cofundador y responsable de innovación. Hacíamos drones para estudios atmosféricos de la mano de la Nasa. Dejé la startup por razones familiares, para regresar a Euskadi, con la intención inicial de montar una delegación europea de Black Swift. Pero no había suficiente negocio, por lo que finalmente decidí crear otra startup usando su tecnología pero centrada en una nueva necesidad para la que veía mayor potencial: la inspección de infraestructuras, como aerogeneradores, edificios o líneas eléctricas», explicó.
  • El primer impulso para Alerion vino de la mano de la Agencia Espacial Europea (ESA), que ofrecía 60.000 euros para crear startups que desarrollaran tecnología de uso espacial. Después vino un apoyo más comercial, el de Gamesa, que les contrató la inspección de varios molinos. «Hicimos pilotos en varias infraestructuras y vimos que en el sector eólico había gran potencial y aportábamos mucho valor. Hoy en día trabajamos con gran parte de las empresas de esta industria, pero es verdad que al principio fue Gamesa quien nos fue guiando porque el software había que adaptarlo a cada infraestructura concreta. Hasta entonces, los fabricantes de molinos tenían que colgar a gente con cuerdas para poder realizar esta labor y nuestro dron podía hacer gran parte del trabajo. Empezamos en 2016 y la primera versión la teníamos lista en 2017, aunque no ha sido definitiva hasta tres años después», explicó.
  • Gran parte de la tecnología de Alerion está protegida con patentes en una veintena de países. Especialmente la que permite al dron navegar a una distancia y ángulo constantes respecto del molino. «Utilizamos visión artificial con Lidar, como la de los coches autónomos. También hemos desarrollado tecnología propia de análisis de datos para identificar los eventuales daños de la infraestructura, aunque no es protegible y utilizamos el secreto industrial. También fabricamos el módulo de sensórica, que después enganchamos a un dron hecho por un tercero. Empezamos en el sector eólico y ahora estamos trabajando también en el solar, en la inspección de tanques de refinerías y en infraestructuras offshore», explicó.
  • Peñagaricano se ha encontrado con un montón de retos en su camino como emprendedor. Reconoce que la parte comercial es la que más le ha costado, sin olvidar la captación de talento y todos los temas legales y administrativos. «Yo solo había estudiado ingeniería y he tenido que ir descubriendo todo lo demás que implica emprender. Son muchísimas cosas que yo desconocía. La parte comdercial es fundamental, por mucho que tengas un buen producto. Las primeras ventas las hice yo y sigo haciéndolas pero ya tenemos un equipo de desarrollo de negocio. Hoy tenemos 21 empleados. También me ha costado toda la parte financiera, porque yo al principio pensé que podíamos crecer poco a poco, haciendo bootstrapping. A mediados de 2018 me di cuenta de que nos íbamos a ahogar e hicimos una primera ronda de 1,2 millones con Orza y Easo. Teníamos interés de fondos extranjeros pero elegimos a los de casa. Estamos preparando otra ronda para 2023», explicó.

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