Natalia Romero (Giideba): «Me ha costado entender cómo funciona la red de apoyo a emprendedores en Euskadi»

Natalia Romero (Misiones, Argentina, 1982) es diseñadora textil y lleva quince años emprendiendo, primero en el ámbito de la moda y últimamente en el de la salud. Beaz le invitó a venirse a Euskadi, pero le ha costado mucho entender cómo funciona la red local de apoyo a los emprendedores.


Esta es su historia:

  • Romero había emprendido ya en Argentina, pero allí encontraba muchos límites. Como su producto va dirigido a las personas mayores, se fijó en Europa como posible destino y entró en contacto con Beaz. «Mi idea inicial era ir a Barcelona, pero Beaz nos tentó para mudarnos a Bilbao. Aterrice como inmigrante en agosto de 2023, pero no está siendo tan fácil como parecía. Me ha costado entender cómo funciona la red de apoyo a emprendedores en Euskadi. Y sobre todo encontrar inversores de capital riesgo está resultando muy complicado», explicó.
  • La historia emprendedora de Romero empieza en un laboratorio en el que controlaban la calidad de la lana antes de su exportación. Como había muchos descartes, se le ocurrió que se podían utilizar para elaborar nuevos productos. «Llegamos a recuperar 2.500 kilos al año para moda circular que vendíamos en tiendas de Argentina. Y un buen día mi madre, que es enfermera de pacientes terminales de cáncer, me sugirió elaborar algo que se pudieran poner las personas hospitalizadas para que no les lesionara la piel. Terminamos inventando un producto textil que lleva lana de oveja y otras fibras naturales y que evita heridas en el cuerpo. Lo probamos durante cinco años con 100 pacientes y ninguno tuvo escaras (costras)», explicó.
  • El producto de Giideba, la startup de Romero, tiene ventajas importantes respecto a otros ya disponibles en el mercado con la misma función: su precio (150 euros), su reutilización hasta 16 veces y el hecho de que sea biodegradable. «Tuve claro que había que llevarlo al mercado, por lo que dejé el laboratorio y emprendí. Nos hemos autofinanciado desde el primer momento. Un día nos ofrecieron venir a Bizkaia, donde hay varios incentivos a la innovación social. Y nos instalamos aquí, aunque nos está costando atraer inversores y vender. Osakidetza va muy lenta. Seguimos adelante de todas maneras y esperamos dar un salto tras obtener la certificación CE. Pero necesitamos inversores», explicó.

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