Miren García-Chazarra e Ixone Elosegui (Glo International): «Nuestro objetivo era crear un aparato que mejorara la vida de las mujeres»

Miren Garcia-Chazarra (Donostia, 1972) e Ixone Elosegui (Donostia, 1973) estudiaron ADE en Sarriko y trabajaron en Cegasa hasta convertirse en emprendedoras. El aparato de tecno-belleza que han diseñado y que comercializan, Glo 910, da una solución a los problemas de celulitis, que afectan a más del 90% de las mujeres.

Esto es lo más interesante que nos contaron en la entrevista que les hicimos:

  • García-Chazarra se dio cuenta del nicho de mercado desde su puesto de jefa de producto de cuidado personal primero en Solac y después en Cegasa, que absorbió al fabricante vasco de pequeños electrodomésticos. Elosegui, que se dedicaba a buscar proveedores en Asia para esta misma empresa, se le uniría después. «Había una necesidad en el mercado de solucionar los problemas estéticos de las mujeres, porque todo lo que había era insuficiente. Lamentablemente Solac no quería diseñar productos nuevos, por lo que decidimos que teníamos que hacerlo nosotras de manera independiente. El concepto lo definimos muy rápido; teníamos muy claro que el tratamiento de la celulitis debía ser intenso, uniforme, constante y diario para reproducir el masaje que te hace un profesional de forma manual. Después contratamos a un diseñador alemán para hacer el primer prototipo que fuera capaz de reproducir esos movimientos», explicó García-Chazarra.
  • García-Chazarra y Elosegui eran especialmente buenas desarrollando producto, labor a la que han consagrado tres años. La escasez de recursos no ayudó precisamente a acelerar la finalización del primer prototipo, por lo que la llegada de una socia capitalista resultó providencial para ellas. «Ella tenía ganas de invertir en algo nuevo para vender online y le gustó nuestro proyecto de dispositivo anti-celulítico. Con ese dinero pudimos arrancar. Después del prototipo hicimos un test clínico para corroborar su funcionamiento. Es entonces cuando las dos dejamos nuestros trabajos», explicaron.
  • Una vez desarrollado el producto, tocaba venderlo. Y es curiosamente aquí donde más ayuda han necesitado. Empezaron con recursos genéricos como la publicidad en redes sociales o los escaparates en Amazon, siguieron con los artículos en revistas de belleza y han terminado sellando un acuerdo con El Corte Inglés. «Ellos han entendido nuestro producto a la primera y lo han colocado en el área de parafarmacia de 33 centros. Esto ha dado mucha confianza a la gente. Además, a las mujeres que llaman les damos una asesoría personalizada y hemos puesto en marcha un programa de embajadoras en España y EE.UU. para incentivar las ventas entre particulares. En EE.UU. estamos ya en varias grandes cadenas como Macy’s y en breve estaremos en Francia, Italia y China. También estamos preparando alguna acción con influencers», explicaron.

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