Mikel Meoki (Embeblue): «Más que emprendedor, soy explorador»

Mikel Meoki (Donostia, 1979) es uno de esos «telecos» que llevan la vena emprendedora desde siempre. Creó su primera startup al poco de terminar la carrera y ya va por la tercera, Embeblue, que se ha centrado en las soluciones de industria 4.0. Lo suyo es explorar casi más que emprender.

Nos contó su trayectoria emprendedora en esta entrevista:

  • Fiel a las tendencias del momento, su primera startup, Bluexare, se dedicaba a elaborar apps móviles centradas en el turismo, el único sector junto con el de los juegos que las demandaba en aquel entonces, en 2004. «Eramos dos o tres en toda España que hiciéramos este tipo de cosas, porque entonces no había aplicaciones móviles. Estábamos abriendo camino por el bosque, que es con lo que yo disfruto. Por eso creo que tengo un perfil de explorador más que de emprendedor», explicó.
  • Tras vender esta primera empresa, su segundo proyecto emprendedor se centró en los libros en inglés. Ahora se trataba de vender más que de desarrollar, por lo que resultó una excelente experiencia desde el punto de vista comercial. «Importábamos los libros y los vendíamos por miles en colegios y eventos especiales. No teníamos costes fijos, por lo que nos fue muy bien», relató.
  • Embeblue nace en 2013 de la mano de Meoki y dos amigos pamploneses de la carrera. Su objetivo inicial era, una vez más, trabajar con tecnologías muy novedosas. En ese momento se hablaba de la Internet de las Cosas y Apple estaba apostando de manera secreta por ella metiendo chips de bluetooth en sus teléfonos. «Vimos que esto iba a crecer porque se podía incorporar tecnología a muchos objetos. Nuestro primer proyecto fueron unas pulseras de bluetooth para hacer un seguimiento de los ancianos de una residencia», explicó.
  • Comercialmente no han tenido que esforzarse demasiado, ya que entre los tres socios ya reunían una amplia cartera de contactos. Y por si no fuera suficiente, sus clientes a veces les han «encontrado» en foros de especialistas o a través de su página web. «Siempre han venido a nosotros las empresas cuando necesitan algo. Acciona, por ejemplo, nos vio en un foro de makers y Alstom nos encontró en la web y nos mandó un email. Ahora en el sector se nos conoce», explicó.
  • En este momento la mayor parte de sus proyectos se centran en la industria 4.0. Entre los ejemplos de aplicaciones que ha desarrollado en este campo, citó un motor de placas termosolares para Orkli, el mantenimiento ferroviario para Alstom, sensores para las baterías de Cegasa o la electrónica de las impresoras 3D de Tumaker. Incluso mencionó un sistema que conecta al capellán con el campanario de su iglesia. «Hay muchas empresas que necesitan nuestra electrónica para no quedarse fuera del mercado. Los beneficios son inmediatos y, en muchos casos, se genera un nuevo negocio en torno a la servitización», añadió.
  • ¿Qué vendrá a partir de ahora? Meoki habla de hacer que los productos sean inteligentes y puedan tomar decisiones por sí mismos. Pensando en ello, han puesto en marcha una pequeña planta de producción para montar series de hasta 2.000 unidades. «Una empresa que fabrica máquinas de limpieza podrá saber cuanto tiempo se están usando y qué tipo de fallos tienen, hasta el punto de poder predecir una avería. Tener una fábrica y una ingeniería nos está dando mucho valor», explicó.
  • Curiosamente, el coronavirus ha afectado positivamente a su actividad al acelerar algunos proyectos. «Nuestros clientes tuvieron más tiempo y nos empezaron a pedir un montón de cosas. Así que vamos a cerrar el mejor semestre de la historia. A medio plazo es cierto que hay muchas incertidumbres, pero la digitalización obligará a pasar por empresas como la nuestra», explicó.
  • Uniendo sus últimas frases con lo que dijo al principio sobre su perfil explorador, se intuye que Meoki planea ahora viajar a China. «Estuve allí en enero y quedé muy impresionado por lo que vi. Tienen una estrategia de país muy ambiciosa. Nosotros mismos estamos apostando mucho por tecnologías chinas», explicó.
  • Pero antes de ese viaje, tiene un proyecto revolucionario entre manos: trasladar el mundo de las apps a la industria 4.0. «Queremos hacer una electrónica que permita a cualquier programador hacer software. Esto democratizaría el acceso a la inteligencia de las máquinas. Es el futuro», explicó.

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