Luis Martín Cabiedes: «En esta crisis hay que salvar empleos y no startups»

Cuando Internet era una herramienta que apenas utilizaba el 1% de la población, Luis Martín Cabiedes, conocido como «Cabiedes», ya estaba invirtiendo. Y no ha parado. Tras éxitos tan sonados como Olé (Terra), Privalia (Vente Privée) o Trovit, hoy tiene una cartera de 110 empresas de nueva creación y 40 más consolidadas y una visión muy interesante sobre la crisis. «Hay que salvar empleos y no startups», explica.

Le entrevistamos esta pasada semana y esto es lo más interesante que nos contó:

  • Se convirtió en inversor casi por casualidad y sin aportar dinero en efectivo. Como directivo de Europa Press, empezó a detectar que muchos emprendedores le pedían contenidos para sus proyectos digitales. Y tuvo la habilidad de ofrecérselos a cambio de una participación en sus empresas, una táctica que muchos años después se generalizaría entre los medios de comunicación y sería bautizada como Media For Equity.
  • Europa Press invirtió de esta manera en unas diez empresas de nueva creación a finales del siglo pasado (muchas más no habría), de las cuales sobrevivieron Olé y MyAlert, ésta última dedicada al marketing con SMS. «Casi por accidente. El pinchazo de la burbuja lo arrasó todo», reconoce Martín Cabiedes.
  • Olé lo compró Telefónica para crear Terra, una operación muy conocida. MyAlert, por su parte, se fusionó en 2005 con otras startups para conformar lo que hoy es conocido como Buongiorno. El dinero de Olé se repartió como dividendo pero el de MyAlert se reinvirtió en otras 10 startups, la más conocida de las cuales es Privalia, finalmente adquirida por la francesa Vente Privée por unos 470 millones de euros. «Fue el primer ecommerce de verdad que se montó en España», recordó Cabiedes.
  • La tradición mediática de la familia Cabiedes hace que sea en este sector en el que mejor se mueve a la hora de invertir. Ahí encajaba también Trovit, un directorio de anuncios clasificados que se vendió por casi 100 millones de euros. Pero con el tiempo Cabiedes ha dejado de invertir en contenidos, aunque sin salir nunca del B2C (negocios con consumidor final). «Solo hago inversiones en cosas que entiendo. El B2B (negocios entre empresas) me gusta menos porque es fácil que te engañen con unas primeras cifras de ventas que son relativamente fáciles de conseguir. Mi sensación es que en el B2B las métricas parecen mejores a cortop lazo, pero en poco tiempo llegan a un techo», añadió.
  • Ha realizado ya muchas inversiones en startups fintech: «No me ha ido mal, pero creo que ahora está todo el pescado vendido. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros mercados maduros como el de los clasificados de la prensa o el comercio tradicional, los bancos han sabido reaccionar a tiempo. No veo ya mucho sitio para una startup. Sí para Facebook».
  • Otro sector en el que ha invertido mucho es el de las «marcas nativas digitales» (comercio electrónico post-amazon). Y aunque en su cartera figure Blablacar, lo cierto es que no se ha interesado mucho por la on demand economy y el delivery que en España protagonizan especialmente Glovo y Cabify.
  • ¿En qué va a invertir ahora? «Creo que ahora vuelve el ecommerce. Pero ojo, porque yo no trato de anticiparme sino de reconocer lo que va funcionando. Olemos en base a las primeras respuestas del mercado. Vamos seis meses por detrás», explicó.
  • ¿Y cuál ha sido su política inversora? Ha ido cambiando con el tiempo, pero se resume en entrar con pequeñas cantidades antes de que lo hagan los fondos de capital riesgo que encarecen la inversión. Esto explica algunas de sus posiciones críticas con técnicas que pueden ir en contra de los emprendedores como las «liquidation preference» (el fondo recupera todo lo invertido si la startup se vende a un precio bajo). «Conozco todos los trucos que hay y yo soy partidario del alineamiento de intereses. El liquidation preference introduce asimetrías porque hace que uno gane dinero a costa del resto de socios», aclaró.
  • Observa que, desde la crisis de WeWork, los inversores están apretando más a los emprendedores. «Hay un mundo antes de noviembre de 2019 y ahora va a haber otro después. Proliferan los términos inaceptables. Hay mucho inversor que va de guay», añadió. De todas formas, los efectos de la crisis en las inversiones no se empezarán a notar hasta dentro de unos meses porque los fondos todavía tienen dinero y siguen por incercia.
  • En lo que a los préstamos ICO del gobierno se refiere, también tiene una posición crítica, aunque reconoce que muchas de sus startups los han pedido o les han llamado para ofrecérselos. «Algunos los cogen por si acaso, pero me opongo a que se haga un tratamiento especial a las startups por tener una oficina más guay con futbolín. El ICO no está para financiar empresas pre-revenue (antes de que generen facturación). Eso debemos hacerlo los inversores, por el nivel de riesgo enorme que existe, y porque se salva poco empleo. A mí me salen mal el 80% de mis inversiones, pero si esto lo hiciera el estado, sería muy peligroso. Yo me lo puedo permitir porque con una sola operación gano dinero para compensar las fallidas, pero al Estado lo mejor que le puede pasar es que le devuelvan el préstamo. Enisa sí tiene sentido como empujoncito. En esta crisis hay que saltar empleos y no startups», explicó.

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