La necesaria reforma de la sanidad pública

El otro día fui al ambulatorio y comprobé, una vez más, que tenemos una sanidad pública de alta calidad. Pero sus costes crecen a tanta velocidad que, con la reducción de ingresos fiscales que se está produciendo en los últimos años, pronto será imposible mantener sus niveles. No nos va a quedar otro remedio que reducir su calidad o empezar a cobrar al usuario, eso que algunos llaman copago.

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