La confesión de Otegi

El dirigente de Batasuna, (antes HB), Arnaldo Otegi, va al cura de la iglesia de su comunidad, y le dice:


– Padre, quiero confesarme.
– Claro hijo. ¿Cuál es tu nombre?
– Arnaldo Otegi, padre.
– ¡Ah! El de Batasuna. Mira hijo, tu caso es superior a mí, mejor vete al Obispado a confesar.

Se va Otegi al Obispado, y le dice al obispo que se quiere confesar.

– Claro hijo. ¿Cómo te llamas?
– Arnaldo Otegi
– ¿El presidente? No hijo, yo no puedo confesarte porque tu estás muy grave. Mejor vete al Vaticano.

Llega Otegi al Vaticano, y le dice al Papa:

– Su Santidad, quiero confesarme.
– Claro hijo mío. ¿Cómo te llamas?
– Arnaldo Otegi.
– ¿El de Batasuna?
– Sí.
– ¡Huy uy uy hijito! Tú estás muy difícil hasta para mí. Mira, aquí a un costado del Vaticano hay una capilla. Mejor ve ahí, y en esa capilla está una cruz gigante. Solamente allí te vas a poder confesar.

Otegi llega a la capilla y enfrente de la cruz dice:

– Señor, vengo a confesarme.
– Y Jesús le contesta:
– Claro hijo mío. ¿Cómo te llamas?
– Arnaldo Otegi.
– ¿El dirigente de Batasuna?
– Así es Señor.
– Hijo mío… solamente da gracias

Otegi extrañado le pregunta:

– ¿Gracias? ¿Pero gracias por qué?
– Dale gracias a los romanos que me clavaron aquí, porque si no bajaba y te sacaba a hostias de aquí.

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