Juan Mendizabal (Ikatz-Fotoprix): «Soy un convencido de que la tienda tiene recorrido»
|Juan Mendizabal (Vitoria-Gasteiz, 1953) es un emprendedor de 69 años que no quiere jubilarse. Estudió economía y empezó a montar cosas casi al mismo ritmo que devoraba libros. La más exitosa es Ikatz (ahora Fotoprix), una cadena de tiendas de fotografía que apuesta por el modelo mixto offline-online.
Esta es su historia:
- Mendizabal estudió en una época en la que la universidad era un hervidero de corrientes revolucionarias. De hecho, él asistió a clases de historia marxista, unas enseñanzas que con el tiempo le vendrían bien para negociar con los comités de empresa. Podía haber sido sindicalista pero se hizo empresario por una mezcla de enfoque cultural y familiar. «Podía haber montado una empresa de cualquier otra cosa pero tenía un amigo artista, Miguel Quintas, que fue quien me llevó hacia la fotografía y el cine. Era 1978 y mi familia me apoyaba por completo, lo que probablemente explica por qué no nos daba ni para comer. Fue un error de mis padres, que aguantaron hasta que sus trabajos empezaron a ir mal. Esa presión me vino muy bien y entonces el negocio empezó a funcionar. La vida es dura, algo que trato de recordar a mis hijas y empleados siempre que puedo. Ser hijo de padres ricos es una putada», explicó.
- La primera tienda de Ikatz estaba situada en un barrio de Vitoria. Eran los años ochenta y el sector de la fotografía era uno de los más dinámicos del momento. «Entonces pretendía comerme el mundo. Hay que ser osado, no tener miedo a equivocarse. A veces hemos hecho inversiones fortísimas. Nunca hemos repartido beneficios y todo lo hemos reinvertido. Me vino muy bien asociarme, a partir de 1989, con Valentín Basáñez, que sigue siendo mi socio a día de hoy y ha sido un apoyo fundamental. Especialmente en los momentos malos, como las dos depresiones que padecí en 1996 y 2008. En esos momentos el CEO es un pelele y es importante que alguien te calme y te entienda», explicó.
- Hay que tener en cuenta que hasta 2006 el principal negocio de Ikatz era el revelado de fotos. Pero con la digitalización esta actividad empezó a desaparecer y grandes empresas como Agfa, Kodak o la vasco-castellana Valca empezaron a hacer aguas. «Fue un gran cambio, que se unió a la aparición de cadenas como MediaMarkt o incluso Amazon, que tiraban hacia abajo los precios de las cámaras. La mayor parte de los empresarios del sector trataron de aguantar reduciendo gastos hasta que llegara la jubilación. Nosotros sin embargo vimos una gran oportunidad en lo digital. Teníamos más de 100 empleados y estábamos negociando la entrada de un fondo. Habíamos ido ampliando tiendas por toda España e incluso compramos una cadena, Fotosistema, con más de 100 franquicias», explicó.
- Desde 2007 Ikatz no ha parado de adaptarse a los retos de la digitalización para centrarse en los servicios y especialmente la impresión. Con una breve interrupción, en 2014, por tensiones de tesorería. «Siempre hemos sido una empresa tecnológica, con una web que iba más allá de ser un mero escaparate y con nuestros propios técnicos. El mensaje que transmitimos a los franquiciados es que tenían que cambiar su negocio para pasar a ofrecer nuevos productos, con nuestro apoyo. Cosas como lienzos o álbumes digitales empezaban a recibir mucha demanda. Seguimos creyendo en las tiendas físicas, porque vemos que muchos productos se prescriben ahí. Vemos que entra mucho público joven y solo el 20% de nuestra facturación viene de la web. Los líderes digitales de todo el mundo se están dando cuenta de que tienen que tener tiendas», explicó.
- En esa línea expansiva, los últimos meses han sido especialmente movidos en Ikatz. Empezando por la absorción de Fotoprix y un acuerdo con Dominion para compartir tiendas. «Fotoprix estaba en liquidación y la hemos absorbido, incluyendo su marca y sus más de 200 empleados. He dedicado mucho tiempo a volver a motivar a la gente, que había llegado a creer que no había futuro en el sector. El último paso ha sido un acuerdo con Dominion para compartir tiendas con The Phone House. Hablamos de 1.000 establecimientos, de los cuales la mitad serán nuevos. Queremos ir a poblaciones de al menos 20.000 habitantes. Son tiendas que con poca facturación son rentables porque el margen es del 80%. También queremos salir fuera de España», explicó.