Joseba Barrenengoa (Easygas): «Por mi sangre corre alguna sustancia que me empuja a montar empresas»

Joseba Barrenengoa (Bilbao, 1966) es ingeniero y trabajó muchos años en obras de autovías, lo que probablemente explica por qué un día se fijó en una gasolinera que se vendía en un puerto de León. La compró, porque había nacido con un gen emprendedor, y así comenzó un largo recorrido que le ha llevado a montar un conglomerado de 19 estaciones de servicio, Easygas.

Esto es lo más relevante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • La gasolinera que compró en León en 2000 le generó no pocos dolores de cabeza, pero Barrenengoa persistió con una fe ciega. Invirtió mucho dinero y los números no salían. «Me convertí en emprendedor casi sin pensarlo. Creo que por mi sangre corre alguna sustancia que me empujaba a montar empresas. Pero el charco en el que me metí me las hizo pasar canutas muchos años. Primero fueron unos gestores que no lo hacían bien hasta que fui yo mismo allí, para no arruinarme, y después fue la marca bandera, Shell, la que no me dejaba margen. Y eso que llegué a ser una de las gasolineras que más vendían en España», explicó.
  • Las cosas empezaron a irle bien cuando se independizó completamente de Shell y pudo negociar sus propios precios con las comercializadoras. Y el negocio se disparó cuando unió sus hábiles campañas de captación de clientes mediante descuentos a la utilización de una marca propia, Easygas. «Acababa de comprar una gasolinera en Galdakao en la que apliqué el modelo y en 15 días ya ganaba dinero. Después seguí comprando otras estaciones hasta un total de 19 que tenemos ahora mismo por todo el Estado. Todas en propiedad. Buscamos siempre puntos en los que haya un alto nivel de tráfico, ya que nuestro modelo solo funciona con mucho volumen», explicó.
  • ¿Cuál es el modelo de Easygas? Por una parte el precio reducido, por otra la atención personal 24 horas y finalmente la calidad del carburante. Hasta el punto de que Barrenengoa asegura añadir a sus combustibles los mejores aditivos del mercado, según un estudio del que no puede añadir el origen. «Al laboratorio le han amenazado y nos han prohibido dar su nombre. Las grandes petroleras no se pueden permitir aplicar nuestro margen porque tienen muchos costes estructurales. Las low cost no añaden aditivos y su combustible es muy justito. No me explico por qué no hay ninguna organización independiente en España que haga comparativas serias de carburantes», explicó.

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