Iñigo Aguirrezabal (Miwi Real Drinks): «Queremos crear una marca grande. No hemos emprendido solo para autoemplearnos»

Iñigo Aguirrezabal (Bilbao, 1986) estudió ADE en la Universidad de Navarra y, tras siete años trabajando para multinacionales del sector alimentario como Heineken, La Nevera Roja o Schweppes, decidió establecerse por su cuenta. Su startup, Miwi Real Drinks, que comparte con Laura Pérez Valverde, aspira a convertirse en una gran marca de bebidas y especialmente de kombucha.

Esto es lo más interesante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • A Aguirrezabal le picó el gusanillo del emprendimiento a raíz de su paso por dos startups, Boletus y La Naverra Roja. Previamente había observado que las grandes empresas de bebidas tienen, por su tamaño, verdaderos problemas para adaptarse a los cambios de hábitos del consumidor. «A mi socia la conocí en Schweeppes y fue la primera persona que me habló de la kombucha, una bebida basada en el té que tiene bacterias beneficiosas para el organismo. Los dos vimos que había una oportunidad a la que solo podíamos hacer frente si nos lanzábamos a la aventura. Así que fuimos dejando nuestros trabajos. Tuvimos mala suerte porque poco después llegó la pandemia y hemos estado mucho tiempo sin cobrar, viviendo de los ahorros y de algún business angel que conocíamos y que ha creido en el proyecto», explicó.
  • Miwi ha externalizado tanto la investigación y desarrollo del producto como la producción. Se ha centrado en el marketing y las ventas, que es probablemente lo más complicado en el campo de las bebidas. «Consideramos que podíamos mejorar algunas cosas de las kombuchas que había en el mercado. Por una parte, el sabor y, por otra, evitar la cadena de frío para agilizar la distribución. Nos apoyamos en un laboratorio de Londres, que ha desarrollado la fórmula del producto. Por resumir, hacemos un proceso de fermentación más largo que permite bajar el nivel de azúcar sin necesidad de refrigerar. La producción la hemos externalizado en Mahou San Miguel», explicó.
  • Una vez definido el producto y hallado un fabricante, a los promotores de Miwi solo les faltaba vender. Es la parte del trabajo que mejor conocían y donde más ambición están demostrando. «Cuando nos llegó el primer trailer de 14.000 botellas no sabíamos cómo venderlas. Pensamos en amigos y familiares pero era insuficiente, así que creamos una web. Nos ha ido bastante bien online, de la mano de anuncios en Facebook y Google y de artículos en medios. Al principio nos llegaban 4 ó 5 pedidos y a día y hoy ya estamos en 20. Facturamos online el 50%. Para el offline hemos tenido que ir de bar en bar y hoy ya estamos en 400 puntos de venta. Acabamos de entrar también en El Corte Inglés Gourmet. Lo que tenemos muy claro es que queremos hacer una marca grande y no nos conformamos con autoemplearnos. Tras una primera ronda de 300.000 euros, estamos cerrando la segunda de 1,5 millones de euros», explicó.

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