Iñaki Bartolomé (Ideable): «El confinamiento ha generado un boom de la silver economy»

Iñaki Bartolomé (Bilbao, 1973) trabajó muchos años para consultoras informáticas hasta que un día decidió que él podía hacerlo mejor por sí mismo y además aportar a la sociedad a través de su trabajo. Es así como en 2011 crea Ideable Solutions, que presta servicios a la industria y además se ha especializado en la tercera edad, la silver economy, con su marca Kwido. En esta entrevista confirma que se está produciendo un boom de este sector.

  • La «ventaja» del confinamiento es que ha obligado a acelerar cambios a los que todo el mundo se resistía hasta ahora. «Se pensaba, y especialmente entre la familia, que los mayores no entenderían la tecnología y eso lo ralentizaba todo. Ahora nos hemos dado cuenta de que hay un montón de gente que no puede salir de las residencias y que las videollamadas les permiten estar en contacto con el exterior. Sucede algo parecido con la telemedicina», explicó.
  • Ideable trabaja, a través de su marca Kwido, en varios ámbitos y especialmente en la estimulación cognitiva (juegos) y la telemedicina (servicios médicos a distancia). «Diseñamos juegos hechos expresamente para que los mayores trabajen su capacidad mental y que permiten detectar deterioros concretos. Pero es en la monitorización de personas desde el domicilio donde vislumbramos un mayor desarrollo a futuro. Tenemos varios pilotos en marcha en ese ámbito», explicó
  • Uno de los ámbitos que más ha mejorado es el de los dispositivos, que hoy en día se diseñan específicamente para mayores. «En su día se hicieron intentos de llevar ordenadores a las residencias, pero no son fáciles de usar y han ido cogiendo polvo. Ahora hay dispositivos mucho más usables como tablets con pantallas táctiles grandes y asequibles en precio. En el software utilizamos imágenes grandes y más intuitivias. Trabajamos mucho la experiencia de usuario», explicó.
  • ¿Cómo llegó Ideable a encontrar este nicho de mercado? Por un interés personal de Bartolomé, que quería mezclar labor social con laboral. «Queríamos que parte del trabajo revirtiera en la sociedad: hacer la tecnología más accesible para sectores de la sociedad que no estaban bien cubiertos. En nuestras propias casas vimos que nuestros padres no podían trabajar con nosotros para algo tan simple como compartir fotos digitales», apuntó.
  • Durante muchos años gran parte de su labor ha sido I+D, por sus dificultades de comercialización, y se ha tenido que financiar con dinero público que ha venido especialmente de Europa. «Con el momento covid esto ha explotado: la gente se ha dado cuenta de que se podían hacer muchas cosas con mayores con tecnología. Ahora andamos bastante a tope. Nos están llamando de todo el mundo. Somos ya 25 personas», explicó.

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