Iker Marcaide (ZubiLabs): «Hasta que no vi un problema que resolver no me salió la vena emprendedora»

Iker Marcaide (Boston, 1982) es uno de los emprendedores más exitosos de España. Afincado en Valencia aunque de padres vasco-navarros, no le llamó la atención crear empresas hasta que un día se dio cuenta de que había un problema grande que resolver en torno al envío de dinero para abonar cuotas universitarias. Y se puso manos a la obra para crear una startup, Flywire, que tras levantar 323 millones de dólares, está a punto de cotizar en la bolsa americana. Alejado de la primera línea de esta empresa desde 2014, Marcaide está centrado ahora en un venture builder, ZubiLabs.

Esto es lo más interesante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • Los padres de Marcaide se dedicaban a la enseñanza universitaria (su padre, natural de «un caserío» de Elgeta, es el catedrático de Astronomía y Astofísica Jon Marcaide Osoro) y estaban destinados en Boston cuando nació. Pero su lugar de residencia ha sido prácticamente siempre Valencia, con amplias estancias en EE.UU. durante los primeros años de lo que hoy se llama Flywire y que en un primer momento fue Peer Transfer. «La idea se me ocurrió haciendo un máster en el MIT, donde surgieron problemas para recibir el dinero con el que tenía que pagar las tasas académicas y luego me di cuenta de lo abultado de las comisiones que había que pagar. Yo admiro a los que tenían muy claro que querían ser emprendedores, pero a mí no me surgió esa vena hasta que vi un problema que resolver. Sufres cosas y de ahí surgen ideas», explicó.
  • Marcaide es un tipo rodeado de éxitos pero que no tiene ningún problema en reconocer los múltiples errores que ha cometido a lo largo de su trayectoria emprendedora. También los aciertos, como el centralizar la actividad comercial en EE.UU., que es donde estaba el mercado, y sobre todo saber acercarse a las verdaderas necesidades del cliente. «El mayor error que he cometido fue querer hacerlo todo yo solo. Al principio solo tenía 40.000 dólares y quería sacarles el mayor partido posible. Asumí demasiadas funciones a la vez, algo que no es sostenible pero que vas retrasando para estirar el dinero al máximo», explicó.
  • Una vez regresado a Valencia, Marcaide ya no pudo abandonar la vena emprendedora, pero la quiso rodear de modelos con impacto social y medioambiental. ZubiLabs es una especie de venture builder (él utiliza el término «plataforma») de proyectos que nacen con un equipo propio de cofundadores y financiación independiente. «El primero fue una escuela Montessori en Valencia, para ofrecer un sistema educativo basado en experiencias, y después han venido hasta 11 más. Muchos de ellos están relacionados con la sostenibilidad a nivel local. Hoy somos ya 100 personas y queremos duplicar el número en los próximos doce meses. Tenemos equipos compartidos y hemos montado también una especie de fondo que da préstamos a startups que atraviesan dificultades por la pandemia. Invertimos entre 250.000 y 500.000 euros en cada proyecto y llegamos a unos tres al año. No es filantropía, porque somos una empresa con ánimo de lucro. Las ideas surgen de necesidades que vamos detectando y puntualmente de iniciativas externas que identificamos», explicó.

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