Haritz Zabaleta (Fesia): «Había terminado una etapa y tocaba llevar al mercado la tecnología»

Haritz Zabaleta (Donostia, 1977) estudió ingeniería electrónica e industrial en Tecnun y trabajó para Robert Bosch en Alemania antes de decantarse por la ingeniería biomédica. Esta segunda etapa le conduce hacia la investigación en Fatronik, un centro tecnológico que terminó integrándose en Tecnalia. En 2018 el proyecto que dirigía, basado en las tecnologías de electroestimulación, tenía que empezar a comercializarse y él tomó las riendas de lo que hoy es la spinoff Fesia.

Esto es lo más interesante que nos contó en la entrevista que le hicimos:

  • Zabaleta lo tuvo claro cuando el equipo de investigación de Tecnalia que estaba detrás de las tecnologías de bioestimulación no tuvo otra opción, para avanzar, que crear un spinoff o vender lo que había desarrollado a otra empresa. «Se consideró que el retorno de la inversión sería muy superior si creábamos una startup y Tecnalia Ventures nos asesoró mucho en el proceso. Había terminado una etapa y lo que me apetecía era llevar al mercado lo que habíamos estado investigando. Existía riesgo, pero nos lanzamos a la piscina. Y a los inversores les gusta saber que tú te la estás jugando también», explicó.
  • Fesia nace para desarrollar y comercializar dispositivos médicos aplicados a la rehabilitación de la mano de FIK, una agrupación de interés económico en la que también estaba Tecnalia. FIK, promovida por José Miguel Azkoitia y Luis Goenaga, había ido pivotando de la biotecnología hacia la ingeniería biomédica. «Conseguimos también financiación de la Fundación Biozientziak Gipuzkoa y vía un crowdfunding en Capital Cell. En 2018 empezamos dos personas con la ayuda externa de Tecnalia Ventures. El primer reto fueron las certificaciones necesarias para poder vender producto. Este proceso técnico-legal supone una barrera de entrada muy importante en este mercado. Actualmente tenemos dos productos certificados, uno de rehabilitación de la marcha y otro de la mano, ambos basados en la electroestimulación», explicó.
  • Fesia facturó en 2020 cerca de 450.000 euros, fundamentalmente entre centros de rehabilitación, que cada vez adoptan más tecnología. En el dispositivo para la marcha tiene tres competidores internacionales y en el de mano, por el momento, está solo en el mundo. «Nuestro aparato para rehabilitar las piernas, que cuesta 4.800 euros, es más fácil de usar que los de otras empresas. El fisioterapeuta está preparado con solo tres horas de explicaciones. Además, se puede conectar a la tablet, por lo que un solo dispositivo tiene muchas opciones de uso. En el de manos no hay competencia pero vale 16.000 euros. En España vendemos de forma directa y en otros países, fundamentalmente de Europa, Suramérica y Asia, lo hacemos con distribuidores. En EE.UU. queremos asociarnos con una empresa americana que ofrezca garantía local. Actualmente somos 9 personas y parte del equipo está planteando ya nuevos productos. Si no, mueres», explicó.

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