Gustavo Alba (Umamie): «Imparto talleres de pintxos para turistas»

Gustavo Alba (Bogotá, Colombia, 1982) estudió ciencias políticas en Madrid y después cocina en la UPV. Tras trabajar en varios restaurantes de nivel, decidió ponerse por su cuenta y ha encontrado su nicho en la impartición de talleres de pintxos para turistas. Su startup se llama Umamie.

Esta es su historia:

  • A Alba le encanta la cocina y pensaba que, si lo hacía bien, con eso le bastaría para ganarse la vida. Pero tras emprender, ha comprobado por sí mismo que hay que tener muchos otros conocimientos. «Era muy inocente y optimista. Creía que emprender era más fácil, pero me he dado cuenta de que es más cómodo trabajar para otros. Creía que, si soy bueno cocinando, nada podía salir mal. Cuando empecé, vi que las empresas buscaban hacer eventos de team building y vida sana porque la teoría dice que aumentan la productividad de los empleados, así que me puse a impartir talleres en txokos y hacerles un poco de catering. Mezclaba la formación con una cena corporativa», explicó.
  • En esta primera fase Alba tenía que gastar mucho en el alquiler de los txokos, así que decidió poner su propio local. Eligió para ello una de las calles con más solera del Casco Viejo de Bilbao. «Tras una fuerte inversión en interiorismo, abrí a principios de 2020, dos días antes de que se declarara el estado de emergencia. Evidentemente, mi negocio se quedó totalmente parado, así que me tuve que reinventar. Me puse a elaborar y enviar a domicilio comida preparada basada en gastronomía sostenible. Lo hice todo tan rápido que recibía los pedidos por whatsapp. Todavía sigo con ello porque me ha ido bien, especialmente al principio cuando estábamos encerrados. Para dar a conocer la oferta utilicé Instagram y repartí algo de publicidad en comercios. Hago un plato del día por 5 euros. Intento variar la carta todos los días, con producto de temporada y producto local», explicó.
  • Con la vuelta a la normalidad, Alba está virando su negocio hacia lo que realmente le gusta: los talleres. Y le está yendo especialmente bien con los turistas, que están muy interesados en los pintxos. «Hago dos o tres talleres por semana con gente que capto a través de webs como Viator (Tripadvisor), Airbnb Experiences o Civitatis. Cuesta unos 55 euros por dos horas de taller, generalmente entre 11 de la mañana y 1 del mediodía. La gracia es que los turistas hagan los pintxos y después se los coman. Vienen sobre todo de EE.UU., Alemania, Suiza y Suecia. Ahora estoy ultimando un nuevo taller, esta vez de aprovechamiento de comida. Quiero dar técnicas para preservar los alimentos: embotar, encurtir, fermentar…», explicó.

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