Grandes misterios de Internet: ¿Quién fundó Tuenti?

zaryn dentzelSoy consciente de que lo menos importante de Tuenti es quién creó esta red social, que no deja de ser la principal operación de Internet gestada en los últimos años en España. Pero después de leer el libro autobiográfico de Zaryn Dentzel, fundador oficial de la startup, me ha parecido oportuno escribir unas líneas sobre la controversia que existe sobre quién puso en marcha realmente la empresa.


Comentemos primero la versión oficial, que es también la que está en la Wikipedia. Tal y como explica Zaryn en su libro, la idea le surgió en EE.UU., donde ya había participado en la puesta en marcha de otra red social, Essembly. Se trata de un foro para gente interesada en la política, fundamentalmente activistas, que captó incluso la atención de Sean Parker, promotor de Napster y que también impulsó a Mark Zuckerberg a convertir a Facebook en un macro-proyecto.

Zaryn, que entonces tenía 23 años, asegura que «la idea original» de Tuenti surgió de «un fracaso», en referencia a Essembly, que guarda por cierto mucho parecido con el actual Change.org. ¿Y qué es lo que falló en esta red social? A su juicio, los internauas no querían darse de alta en una web solo para causas, sino que querían tener previamente una identidad. Por eso, Essembly terminó convirtiéndose en una de las primeras y exitosas aplicaciones dentro de Facebook, bajo el nombre de «Causes».

Pero para entonces Zaryn ya estaba mirando al otro lado del Atlántico. ¿Por qué España? Primero porque él ya conocía el país, en el que había pasado casi un año aprendiendo español en 1998. En segundo lugar, porque en EE.UU. ya había mucha competencia en el mundo de las redes sociales y vio que en España existía todavía un mercado por abrir.

Así que decidió llamar a sus «amigos Adeyemi (Ajao) y Félix (Ruiz)» para montar Tuenti. Ajao fue una especie de «hermano» para él durante su estancia anterior en Mijas. Sus padres, empresarios muy acomodados de origen nigeriano y español, le acogieron gratuitamente durante varios meses mientras aprendía español. En esa estancia conoció también a Félix Ruiz, un tipo muy extrovertido al que Zaryn califica como «el loco de la clase» y que también es conocido por su relación con Carla Goyanes. Eran sus dos mejores amigos españoles.

Adeyemi Ajao es precisamente la persona que ha contado públicamente (tengo entendido que hay incluso más versiones, pero no han trascendido) una versión sustancialmente distinta de la fundación de Tuenti. Ajao, que entonces trabajaba en McKinsey, fue de hecho, según el Registro Mercantil, el primer presidente de Whoiswho, que fue el nombre que tuvo la actual Tuenti Technologies en el momento de su nacimiento, en abril de 2006.

Atención, por cierto, al objeto social con el que se creó la compañía: «La recopilación de datos personales a través de una web de Internet para con el consentimiento de los titulares de los datos, proceder a su tratamiento con fines publicitarios y en su caso a la cesión a terceros con idéntica finalidad».

Además de Ajao, constituyeron la sociedad Félix Ruiz y Joaquín Ayuso, éste último un programador amigo de Ajao y que fue el que decidió el lenguaje de programación de la primera versión, .NET. El dinero lo pusieron business angels entre los que destacó especialmente Carlos Dexeus, padre de un compañero de Ajao de universidad, y más adelante, Bernardo Hernández, cofundador de Idealista y entonces directivo de Google y que había sido profesor suyo en el Icade de Comillas.

La verdad es que los papeles oficiales y el dinero que respaldaba el proyecto apuntan a Ajao como el auténtico promotor del primer Tuenti, que como he dicho se llamaba de otra manera, Whoiswho. Para confirmar esta versión, el propio protagonista lo contó públicamente en una entrevista con un ex compañero suyo de colegio mayor, Juan Calleja. Agárrate a la silla porque vas a comprobar que su relato es muy distinto del que cuenta Zaryn en su libro:

La idea de Tuenti surgió en mi último año de universidad, a principios de 2005, cuando estaba haciendo un intercambio en Atlanta en la Universidad de Emory. Recuerdo cuando alguien me enseñó Facebook por primera vez, durante una fiesta de Halloween. Yo era muy amigo de Félix Ruiz desde el colegio, le llamé al día siguiente y le dije: “Aquí hay una cosa que se llama Facebook, creo que puede ser muy interesante. A ti te va a encantar porque te dedicas a todos estos temas de relaciones públicas, discotecas y tal y además conozco a un programador que se llama Joaquín que creo que nos puede ayudar. Cuando vuelva a España hablamos”. Básicamente cuando vimos que ahí había una posibilidad y que nos podíamos lanzar pues mi plan de emprender empezó unos años antes de lo previsto.

Cuando llegué a Marbella en navidades, tras mi estancia en Atlanta, quedé con Felix Ruiz, le conté el proyecto, le encantó y me dijo que contase con él. Luego, al llegar a Madrid, quedé con Joaquín Ayuso, a quién había conocido colaborando en un proyecto en la universidad, nos conocimos bien y también se sumó al proyecto. Así que nos juntamos los tres porque veíamos que había mucho potencial y nos lanzamos. Antes de pedir nada de dinero, empezamos construyendo un prototipo. Joaquín era el CTO e hizo el 100% del código original y yo me encargué de la interfaz, así como de hacer las funciones de dirección del proyecto. Una vez que lo tuvimos, Félix, que era el responsable de marketing, empezó a invitar a gente y a encargarse de la experiencia de usuario dando la lata explicando el producto a todo el mundo. Cuando ya tuvimos 5.000 personas usándolo, empezamos con una financiación de friends and family y luego ya fui a levantar capital.

Efectivamente, en esta versión, Zaryn no aparece hasta «unos meses después», que es cuando se incorporan al proyecto el futuro CEO y Kenny Bentley, un programador que se trajo de Essembly y que se vino literalmente escribiendo código en el avión. ¿Y por qué entran más tarde? Ajao alega que Zaryn viene para sustituirle, dado que él había decidido incorporarse a trabajar «full time» en McKinsey. Esta última circunstancia me parece especialmente extraña, porque ningún emprendedor que conozco deja su proyecto unos meses después.

Lo que está claro es que Zaryn no estaba en la startup al principio, ni física ni oficialmente. En su libro reconoce que siguió viviendo en EE.UU. hasta agosto de 2006 y en el Registro Mercantil no aparece hasta abril de 2007 como consejero y gerente. Presidente pasa entonces a serlo el financiero Juan Oscar Moreno Tarazona, aparentemente en nombe de DAD, el fondo liderado por Rodolfo Carpintier que había entrado en el capital un poco antes.

¿Qué ocurrió entonces? Aquí solo cabe especular. A mi juicio, todos los datos indican que Whoiswho tenía problemas técnicos serios (Zaryn habla de caídas constantes) y, para resolverlos, los fundadores pidieron sopitas a Zaryn, que ya sabían que tenía experiencia con estas plataformas. Hay que tener en cuenta que en esos tiempos no había software libre para hacer redes sociales (lo sé por experiencia propia) y la primera web se había programado en .NET, que no es precisamente la mejor opción.

Según mi teoría, Zaryn les salvó el cuello en tiempo record (la web se lanza en enero de 2007), de la mano de Bentley, pero exigió ciertos cambios, como el del nombre y el uso de PHP, un lenguaje de programación mucho más adecuado para este tipo de proyectos. Y como su relación con Ajao no debía ser óptima, no quedó más remedio que dar salida a este último. Sé que estoy especulando, pero es que es la única forma de que encajen las historias de los dos protagonistas, que de esta forma fueron realmente fundadores de Tuenti, aunque cada uno en un momento distinto. Es decir, hubo dos webs y hasta dos empresas (Whoiswho y Tuenti Technologies) bien distintas y los dos fueron el primer empleado de ambas.

Para corroborar esta teoría, mencionar que Ajao fue el único que no se mantuvo en Tuenti tras la venta de la empresa a Telefónica. Y aunque sin mencionarle por su nombre, Zaryn parece referirse a él cuando reconoce «peleas entre amigos» y que «alguien con pocas acciones» se dedicó a fastidiar hasta «bloquear a la compañía». Esta fue su sensación tras vender Tuenti: «Estaba bastante quemado porque llevaba mucho tiempo luchando (…) con los accionistas».

Y como he cogido carrerilla, comento algunas otras cosas que me han llamado la atención del libro de Zaryn:
– Al poco de crear la empresa, en verano de 2007, durante un viaje por Bilbao, varios trabajadores y amigos suyos de Tuenti sufrieron un grave accidente que acabó con la vida de tres de ellos y estuvo a punto de forzar el cierre de la startup. Kenny Bentley salió muy malherido y Zaryn se salvó por una conjunción astral o por mediación de su ángel de la guarda. Pasaron varias semanas en el hospital.

– Un viernes por la noche fue necesario migrar todos los servidores de Tuenti a otro centro de datos. Esto parece una tontería pero es probablemente el momento más delicado de cualquier startup. Y como no podía ser de otra manera, las pasaron canutas.

– Muy importante también la intervención de Borja Pérez Arauna, del fondo Qualitas (Timón), para salvar a Tuenti de la quiebra cuando más estaba aumentando el gasto sin que fuera posible generar ingresos. La startup obtuvo un total de 20 millones de euros de inversión a lo largo de su existencia.

– También fue fundamental para el éxito de Tuenti la participación de Félix Ruiz, que es quien junto a Pablo Martín Blázquez desplegó la estrategia de captación de usuarios por tres vías: organizando una fiesta de presentación en la discoteca Gabana con 30 amigos, visitando residencias de estudiantes y cafeterías de universidades «en los descansos de clase» y (esto no lo cuenta en el libro) contactando con los organizadores de eventos para que enviaran las invitaciones vía Tuenti. Cuenta Zaryn que Félix Ruiz se sentaba en las cafeterías con la chica más guapa para, «con su gracia natural», explicarle qué era Tuenti y darle 10 invitaciones. «El tráfico se multiplicaba exponencialmente en la provincia y la ciudad donde había estado Félix los días anteriores», recuerda. Esto explica por qué Tuenti tuvo mucho éxito en Madrid y en Andalucía en sus primeros momentos.

– El libro también tiene espacio para reconocer algunos fracasos de Tuenti y especialmente Tuenti Video (copia de Youtube) y Tuenti Local (copia de FourSquare). Tras estos errores, la empresa ha preferido centrarse en la comunicación.

– Zaryn insiste mucho, creo que hasta demasiado, en su condición relativamente humilde, como queriendo transmitir la sensación de que todos podemos llegar a ser como él. Otro tema polémico es su experiencia en un pueblo de Extremadura en 1998, que en algunos momentos describe casi como un suplicio. Evidentemente, debió ser un cambio cultural muy grande para un californiano.

– Son muy interesantes sus opiniones sobre la importancia del fracaso para todo emprenedor. Esto es lo que dice: «En España en general el fracaso está mal visto (…) En EE.UU. suele ser diferente: un fracaso es una experiencia (…) De los errores se aprende (…) Mejor echarse a la mar con alguien que haya naufragado alguna vez que con alguien que no sepa lo que es una tempestad (…) Sin fallos no llegas al éxito. Son pasos necesarios».

– También son muy interesantes sus críticas al sistema educativo español, lo que tiene mucha relación con lo anterior, y sus referencias a la envidia como gran mal del país. Es algo en lo que coincide plenamente con Martín Varsavsky, otro empresario extranjero asentado en España, y que queda probado con las recomendaciones que Google nos da cuando hacemos una búsqueda con su nombre: millonario, judío, novia y fortuna.

– Finalmente, Zaryn insiste en que el nombre de Tuenti es una contracción de «Tu identidad», pero sigo sin creérmelo. Recordemos en este sentido que en 2007 Félix Ruiz mencionaba el tema de la edad (veinte) y que no es hasta finales de 2008 cuando se convierte en el único argumento. Yo creo que Tuenti fue principalmente por la edad, aunque también por lo de tu identidad, pero que posteriormente solo les interesaba destacar este segundo argumento para abrirse a todo tipo de públicos.

Nota: He estado en persona tres veces con Zaryn (la primera de la mano del crack de la comunicación Icaro Moyano) y me parece un gran tipo. A Ajao no le conozco de nada.

(Añadido 04.09.14) En un comentario en este post, otro de los fundadores, Joaquín Ayuso, hace algunas aclaraciones:
– Zaryn nunca compatibilizó Essembly con Tuenti y no entró en el proyecto hasta que lo deja Ajao por decisión propia.
– Hubo un CEO entre Adeyemi Ajao y Zaryn que no llegó a cuajar.
– El nombre de Whoiswo se cambió por Tuenti por razones legales («problema de marcas»).

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