Gamesa, ¡qué decepción!

Da verdadera pena ver cómo entre Iberdrola y Siemens están acabando con Gamesa, la joya de la corona de la industria vasca de las renovables. La última decisión de finiquitar al único ejecutivo vasco que seguía mandando algo, Ricardo Chocarro, y las constantes amenazas a los proveedores locales no me hacen ser precisamente optimista.


Gamesa, hoy Siemens Gamesa, es una empresa muy relevante, por su peso económico pero también por lo que su historia supone: nació en plena crisis de los ochenta, cuando aquí el paro campaba a sus anchas, y renació tres veces. Bajo dirección vasca y con apoyo del Gobierno de Lakua, se ha sabido transformar primero en firma aeronáutica y después en energética, además de superar la falta de pedidos locales con una internacionalización que debería estudiarse en todas las universidades.

Su integración con Siemens entraba dentro de un proceso lógico de liderazgo mundial pero debería haberse hecho manteniendo la gestión anterior, encabezagada por el donostiarra Ignacio Martín, que funcionaba a las mil maravillas. En Euskadi estaban el negocio principal, los grandes proveedores y el mayor cliente, Iberdrola.

Solo puede entenderse lo ocurrido con una óptica cortoplacista de generación de caja o de un (engañoso) sentimiento de inferioridad respecto de los ejecutivos alemanes. Y ante la presión germana, sin resultados positivos, es de aplaudir que Iberdrola haya tratado de devolver las cosas a su estado anterior, pero no lo es que eso solo se haya traducido en el relevo de la presidenta de Gamesa (que no pintaba mucho) y en el ascenso de un familiar de José Ignacio Sánchez Galán, presidente de la compañía eléctrica.

Es especialmente lamentable el relevo de Chocarro, un ingeniero de Tecnun que llevaba en la compañía desde el siglo pasado y había sido testigo de toda su evolución. El problema con los proveedores, pese a las mil promesas realizadas al Gobierno Vasco, debería llevar consigo una mayor diversificación de los fabricantes locales. Vista la evolución de Gamesa, el único consejo que se les puede dar es que dediquen más tiempo a seducir a Vestas o a Nordex, además de mirar más al sol que al viento.

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *