¿Es legal despedir a un empleado por usar Facebook?

El uso de redes sociales cada vez genera más problemas de todo índile. Entre los más frecuentes destacan los relacionados con su uso en el trabajo, con insultos a compañeros o jefes o con la revelación de secretos o información íntima relacionada con la empresa que emplea a un usuario.


Sobre el uso de redes sociales en el trabajo ya se ha hablado ampliamente. Evidentemente, si en una empresa se ha advertido contra el uso de redes sociales, sí es factible despedir al que incumple una norma impuesta por la empresa. Como también lo sería hacerlo de alguien que repetidamente pasa mucho tiempo chateando o en Facebook, en la medida en que eso afecta a su rendimiento. Pero es necesario demostrarlo, evidentemente.

Más interesante es el caso de los insultos a compañeros o jefes, que han provocado varios despidos en Francia. Cuando se producen en foros públicos, como Twitter, no hay dudas, pero el problema se produce cuando se expresan en perfiles privados de, por ejemplo, Facebook. En este último caso, los jueces han fallado de forma dispar.

En España, se ha desestimado el despido de un empleado de Unipost que en la red social expresó que «el comepollismo es una enfermedad muy extendida entre los trabajadores» de esta empresa. Sin embargo, otras sentencias confirman la expulsión de asalariados que insultaron a sus jefes en blogs.

Finalmente, la revelación de secretos o información íntima relacionada con la empresa tiene en Andalucía un reciente caso de alto interés. Lo ha protagonizado una empleada del Eroski de Almería, que tuvo la genial idea de fotografiarse con unos fajos de billetes frente a la caja fuerte del hipermercado y subirlos posteriormente a su Facebook.

La empresa de distribución la ha despedido disciplinariamente por haber quebrantado «la confianza y buena fe», decisión avalada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Al parecer, Eroski temió que estas fotografías pudieran ayudar a un atracador a asaltar el hipermercado.

Y es que Facebook y otras redes sociales se están convirtiendo en herramienta para probar hasta lo más insospechado. Así una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid confirma el despido de una trabajadora que, encontrándose en incapacidad temporal, ofrecía sus servicios de diseño a través de Facebook.

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