¿Es el bitcoin un timo? No más que las acciones de Tesla

La mayor parte de la gente de más de 50 años que conozco no se fía del bitcoin. Por su carácter digital, y por tanto intocable, creen que es una especie de timo, un esquema piramidal que terminará explotando tarde o temprano empobreciendo a los que hayan comprado estas monedas virtuales. Creo que se equivocan.

Como sistema para abonar transacciones económicas está claro que ha fallado. Fundamentalmente, por su lentitud: hay que hacer tantas operaciones para asegurar cada operación que la respuesta se demora mucho tiempo. Pero también porque los gobiernos del mundo nunca terminarían de aceptar una moneda que haga la competencia a sus bancos centrales.

Pero hay algunas características del bitcoin que lo convierten en un activo muy atractivo para invertir:

  • Su cuantía está limitada. Es por tanto un recurso escaso.
  • Se ha convertido en el estándar de inversión digital. Hay otras monedas virtuales, pero el bitcoin es la que se ha llevado el gato al agua.
  • Su cotización se conoce en tiempo real y las 24 horas del día.
  • Han surgido diversos operadores («exchanges») que permiten comprar y vender bitcoins sin necesidad de tener conocimientos técnicos. Y algunos de ellos, como Coinbase, tienen hoy un tamaño muy importante y dan las mismas garantías que un banco tradicional. De hecho, BBVA es uno de sus accionistas.

Al mismo tiempo, es cierto que, por la inflación de su precio, tiene ciertas características que hacen que su valoración tenga ciertos componentes de burbuja económica. Hay varios premios Nobel que han reiterado esta opinión. Además, se ha reconocido que el esfuerzo de procesamiento que requieren los servidores que mantienen bitcoin vivo obliga a generar cantidades ingentes de electricidad, algo no muy sostenible.

Sea como fuere, estas últimas críticas lo acercan a otros valores de bolsa cuya cotización no está muy relacionada con los beneficios que generan. El caso más evidente es el de Tesla, el principal beneficiario de una política económica que está inundando el mercado de dinero que no tiene muchas opciones donde invertir. Sus acciones subieron un 850% en 2020.

Es evidente que, tarde o temprano, la cotización de Tesla se hundirá y la valoración del bitcoin también caerá. Algo parecido ocurrirá con muchos unicornios, inflados por los fondos que gestionan carteras privadas. Por eso, para evitar riesgos tan grandes, siempre se debe invertir en este tipo de activos pensando en el largo plazo. Las preguntas que debe hacerse el inversor son las siguientes:

  • ¿Tiene Tesla capacidad para seguir captando cuota de mercado en el mercado de automoción? El hecho de que su tecnología de conducción automática sea relativamente pobre no es un buen precedente. Tampoco el carácter lunático de su fundador, Elon Musk. A largo plazo yo no invertiría en Tesla.
  • ¿Tiene bitcoin potencial para seguir acumulando inversiones de personas que diversifican sus ahorros? Yo creo que sí. Al igual que poca gente apostaba por Internet en los noventa, el bitcoin seguirá creciendo en confianza a medida que la población se digitalice.
  • ¿Los unicornios terminarán saliendo a bolsa o siendo comprados? Algunos, muy pocos sí. Por eso, si vas a invertir en capital riesgo debes hacerlo en un fondo gestionado por personas que te generen confianza. Sigue en twitter a sus gestores y aprenderás mucho sobre ellos.

Sea como fuere, recuerda no invertir nunca más de un 10% de tus ahorros en este tipo de activos de riesgo.

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