Erik Sadler (Basque Experiences): «Cuando has consolidado tu negocio, es un lujo poder decir que no a ciertas cosas»

Erik Sadler (Southampton, Reino Unido, 1970) decidió un día cambiar Londres, donde era broker inmobiliario, por Bizkaia, donde se vive con menos y mejor. Tras algunos titubeos, creó su propia agencia de turismo receptivo para anglosajones, Basque Experiences. Con el negocio ya consolidado, agradece poder decir que no a ciertas cosas.

Esta es su historia:

  • Sadler no eligió Bizkaia por casualidad. Su madre era de Getxo y había pasado varios veranos en Euskadi, donde tenía ya muchos amigos y conocía el terreno a la perfección. De ahí a que ayudara a otros a explorarlo no había mucha distancia. «Vine para seis meses y el tema se fue alargando, así que empecé a dar clases de inglés. Como venían constantemente muchos amigos de Inglaterra, les llevaba a bodegas, a un txoko, a la playa o a los campos de golf. Muchos flipaban. Se daban cuenta de que la gente es maja y hay buen vino y buena comida. Y muy pocos extranjeros. Así que me fui dando cuenta de que había un nicho de negocio gestionando viajes por Euskadi para personas de habla inglesa», explicó.
  • Una vez tomada la decisión de crear su propia agencia, Sadler se topó con algunos obstáculos que no se esperaba. En Reino Unido, donde ya había emprendido anteriormente, las cosas eran más fáciles para los emprendedores. «Me pegué contra el muro de la burocracia, que no entendía. Yo vengo de una cultura muy dinámica y aquí todo es muy difícil. En Reino Unido tengo muchos amigos que ya han emprendido y buscar nuevas oportunidades es parte de la cultura de la gente. En Euskadi la gente se conforma más fácilmente con el status quo, lo que explica por qué hay menos emprendedores. El entorno de allí te ayuda a arrancar. Aquí me desmoralicé un poco, por lo que terminé buscando un socio local que conociera mejor el mundo del papeleo», explicó.
  • Lo primero que hizo Sadler fue, con la ayuda de otra profesora de inglés, crear una web para atraer clientes. El blog en el que contaban sus experiencias le ayudó mucho a captar interesados, pero después redondeaba la operación con una conversación por teléfono. «Fui haciendo las cosas por intuición, siempre hablando previamente con los clientes, a veces durante horas. Era gente atraída por la cultura local pero que también quería entenderse bien conmigo y mi conocimiento del terreno era fundamental para ellos. De ahí que nos hayamos orientado a gente de habla inglesa que ha oído hablar de Euskadi en un programa gastronómico o de vinos o bien por el Guggenheim. El primer grupo vino de la mano de una tienda de vinos de Boston que quería organizar una ruta entre Bilbao y Barcelona para 18 personas», explicó.
  • El negocio fue poco a poco creciendo y hoy su agencia está plenamente consolidada. La infraestructura turística local también ha evolucionado sustancialmente desde que Sadler arrancó su proyecto en 2012. «Entonces no había certificados de guías. Ahora el apoyo institucional es ingente y especialmente para el turista sofisticado, que es el al que nos dirigimos. Acabo de llegar de un evento en Londres organizado por la Diputación de Bizkaia. También ha ido cambiando la dinámica del negocio y ahora paso más tiempo con el portátil que hablando con la gente, que es lo que más me gusta. Las ferias también se han convertido en un punto fundamental para atraer clientes, especialmente operadores. Primero les traigo a Euskadi para enseñárselo y luego montamos un paquete para que lo vendan. Suelo incluir el Guggenheim, una ruta de pintxos con txakoli y sidra, una cena en un restaurante, una visita de Donostia y un recorrido de una bodega en Orio. Mi próximo reto es montar algo en torno al fútbol», explicó.

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