Emprendedor vasco, ¡dedícate a los vertederos!

Después de escuchar la comparecencia de ayer de varios miembros del Gobierno Vasco en el Parlamento, y fundamentalmente la del consejero Iñaki Arriola, mi conclusión es muy clara: si eres emprendedor y tienes o puedes alquilar un terreno, el mejor negocio al que te puedes dedicar en este momento es a recoger o acoger residuos. Ni Industria 4.0, ni biotecnología, ¡tu futuro está en el sector inmobiliario, en los vertederos!

Y es que el consejero Iñaki Arriola dedicó gran parte de su intervención a explicar por qué Euskadi necesita más emprendedores que acudan a la llamada de la basura, los restos de las incineradoras, los lodos de las papeleras, las escorias de la siderurgia o los escombros de la obra pública y privada. Es esto lo que oficialmente hay almacenado en Zaldibar y que, por un extraño capricho de la naturaleza, terminó derrumbándose y, por si fuera poco, ardiendo.

Más allá de lo mágico que resulta que los ladrillos se quemen, veamos cuáles son las razones por las que emprender en este sector resulta atractivo:

  • Verter Recycling gestionaba una cuarta parte de los residuos que se generan cada año en Euskadi y que deben ser depositados en la naturaleza. ¿Dónde los metemos ahora? Es evidente que, por la ley de la oferta y la demanda, se va a producir una inflación de precios que hará que este negocio sea todavía más rentable. Recuerda: por cada euro que gastes, casi ganas dos. ¿Quién da más?
  • En este negocio puede entrar cualquiera que tenga el dinero para los papeleos y para la fianza. A diferencia de cualquier concurso público, donde se exige «solvencia técnica», un vertedero lo puede poner en marcha cualquier irresponsable sin experiencia alguna en la materia.
  • Vale cualquier terreno, por muy inclinado que esté. Al fin y al cabo, Gipuzkoa y Bizkaia están repletos de montañas y los alaveses prefieren plantar patatas a poner vertederos (¡qué poco visionarios ellos!)
  • No necesitas siquiera un plan de evacuación. Nada que ver con los peligros que corre un piso de uso turístico, que debe tener el correspondiente plano en la puerta.
  • Todo van a ser facilidades cara a la administración. Si el proyecto que presentas es distinto al que finalmente construyes, no pasa nada. Solo has hecho «ciertas alteraciones», aunque tus ingenieros reconozcan que has cambiado el proyecto por completo.
  • En tu vertedero podrás depositar lo que te venga en gana, aunque hayas declarado que es solo para residuos no peligrosos. Cada año entregas un mapita diciendo dónde está cada cosa y los que llevan mierda rellenan un papel explicando lo que te han dejado. El único papel que realmente importa es el de los billetes que vas a cobrar por cada kilo.
  • Hay inspecciones, sí, pero te van a avisar antes de venir para que estés preparado. Si aún así hay más de 20 deficiencias, no te preocupes, podrás corregirlas en cómodos plazos. Solo te abrirán expediente si pasa algo grave o si has sido tan descarado que has dejado residuos contaminantes a la entrada del vertedero el día que venía el vigilante.
  • De vez en cuando tienes que contratar a un experto un «estudio de estabilidad» que diga que todo está bien, solo por si acaso te lo pide la administración. Este documento se lo encargas a uno y, si no te gusta el resultado, se lo pides al día siguiente a otro. Antesdeayer se llamaba LKS, ayer Geyser y hoy Lurtek. Por cierto, todos son más discretos que un cura en un confesionario.
  • Si aparecen grietas en el muro de contención, idem. Llamas a un experto y le pides que lo analice. Mientras tanto, corre y rellena el vertedero lo antes posible. ¡Tu tiempo es oro!
  • El expediente definitivo, el de cierre, solo te lo abrirán si el vertedero se derrumba. Lo bueno es que entonces ya no te hará falta la licencia.
  • Si tienes algún problema grave, de esos que terminan en los tribunales, tendrás abogado gratis. No en vano, Arriola era jurista antes que alcalde.

Hay, eso sí, algunas cosas que no te contaron. Por ejemplo, éstas:

  • Para poner en marcha un vertedero en Euskadi, se tienen que juntar todos los astros. Más bien, los tienes que juntar. Fundamentalmente, alcalde y consejero del ramo. Y esto es caro, muy caro. Empieza por el carné y recuerda que el que te ha dado la idea también tiene sus «necesidades». ¡Compartir es vivir!
  • El terreno no tiene por qué ser tuyo. Verter Recycling no tiene ninguno en su balance. Su activo son máquinas y probablemente un contrato de arrendamiento con el verdadero propietario del espacio. En realidad los dueños son ellos mismos, «la familia», pero así el riesgo se reduce en caso de quiebra. Acabas de descubrir cómo funcionan las sociedades de «responsabilidad limitada».
  • Prepara un millón de euros de fianza. De todas formas, es verdad que, a la vista del negocio, no vas a tener problemas para que el Elkargi de turno te eche una mano.
  • El lehendakari ha prometido que va a realizar una auditoría de lo que ocurre en Medio Ambiente. Este hombre es serio, así que tengo la firme sospecha de que los políticos van a dejar de mirar para otro lado y van a empezar a vigilar de verdad a los gestores de vertederos. Soy un firme defensor de la gestión privada, pero también creo que no se puede dejar un trabajo tan delicado en manos de un irresponsable solo porque haya sabido mover bien sus peones en un tablero de ajedrez trucado y, sobre todo, opaco.

Por cierto, esta es la intervención completa de Arriola:

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